Presa de Tous: una caza de brujas

En estos últimos días, todos los medios de comunicación han lanzado información sobre las repercusiones de¡ comportamiento de la presa de Tous en la catástrofe acontecida en la ribera del Júcar. En varias ocasiones he visto cómo las conjeturas llegaban a límites alucinantes y cómo, a consecuencia de ello, lejos de informar al ciudadano sobre la realidad de los hechos, han creado confusionismo y desinformación que considero muy peligrosa cuando se manipula, hasta en algunos casos, de forma tendenciosa.En EL PAIS Eduardo Barrenechea nos ofreció una información que, a mi modo de ver, ha podido crear un confusionismo tal que, en lo sucesivo, el ciudadano pueda considerar un grave riesgo la existencia de presas de embalse. Creo necesario efectuar unas cuantas aclaraciones a cuantos lectores estén interesados en el tema.

Mantengo mis opiniones al respecto como ciudadano copartícipe de los beneficios sociales de este tipo de obra pública y como técnico dedicado a la construcción de presas durante toda mi singladura profesional.

Una presa de embalse es una estructura que permite cortar el curso de un río, dando origen a un gran cuenco estanco donde el agua se almacena para múltiples usos: hidroelectricidad, abastecimiento a núcleos urbanos, regadío, etcétera, pero además, el embalse cumple una función muy importante en el control de las avenidas o riadas, para lo cual se dota a las presas de los correspondientes aliviaderos.

La presa de Tous, no era "potencialmente peligrosa", si con ello se quiere decir que fuera particularmente peligrosa. Toda estructura construida por el hombre comporta un riesgo ante catástrofes naturales no previstas ni previsibles. Esto es evidente. Hemos de aceptar la realidad de catástrofes, y la de la cuenca del Júcar es una de ellas, y ello con independencia de la existencia de una presa.

Se hace alusión, al final del artículo, a la intervención de un ingeniero español en el VIII Congreso de Grandes Presas sobre la seguridad de estas estructuras en función de la población existente agua abajo, y que la experimentación con nuevos tipos de presas ha de realizarse en zonas semidesérticas, y acaba diciendo que "la ribera del Júcar no es precisamente el Sahara". Con ello parece darse a entender que la presa de Tous fue construida como modelo experimental, y esta afirmación está muy lejos de la realidad. Bien es verdad que se proyectó, en principio, como presa de gravedad de hormigón y que al surgir problemas geológicos hubo de realizarse otro proyecto para construirla como presa mixta de escollera y arcilla, apoyando dicha estructura sobre estribos de hormigón ya realizados con el viejo proyecto. La dificultades geológicas muy serias se plantearon cuando en la zona del cauce no se encontró cimiento de roca adecuado para asentar una presa de hormigón, pero este cimiento era perfectamente adecuado para una presa de materiales sueltos: presa mixta de escollera y arcilla en este caso.

Para quinientos años

En ingeniería existe una ciencia denominada mecánica de suelos que permite saber el comportamiento de las tierras, conocer las deformaciones que pueden producirse y dimensionar estructuras realizadas con este tipo de materiales. Es esta una ciencia que se aplica por técnicos altamente experimentados en el dimensionamiento de las presas de este tipo, que no son experimentales ni novedosas. Se proyectan desde hace más de una centuria.

El cálculo operativo de una presa es complicado y, a raíz del desarrollo de la informática, aquél es realizado por ordenadores mediante diversos métodos que no hacen al caso, pero, y ello merece una aclaración, una de las condiciones de cálculo es considerar saturadas las tierras, es decir empapadas. Las partes de la estructura que han de mantenerse secas se protegen, cuando ello es necesario, mediante drenes adecuados.

¡La presa de Tous no fue arrastrada porque se hayan empapado los materiales de que estaba construídal

El peligro de desmoronamiento de una presa de materiales sueltos es inminente cuando, debido a una gran avenida no previsible en los cálculos de proyecto, el agua vierte por encima de la coronación. Es entonces cuando comienza un proceso de erosión progresiva que por arrastre de materiales puede llegar a destruir parcial o totalmente la presa, y esto es lo acontecido en el caso catastrófico que nos ocupa. Ahora bien, antes decíamos que los aliviaderos son las estructuras de una presa que permiten evacuar parte del embalse, de tal modo que en una presa de materiales sueltos es muy improbable que vierta por encima, ya que los medios evacuatorios se dimensionan para un caudal y volumen global de riada con período de retorno de quinientos años, es decir, el caudal que por los datos recientes e históricos que se conocen y mediante tratamiento estadístico de los mismos es probable que suceda una vez cada quinientos años. La vida útil de una presa se estima entre 50 y 75 años, como máximo. Con ese caudal de avenida quigentésima, el nivel del agua embalsada no rebasa en ningún caso la coronación si se realizan correctamente las maniobras de explotación correspondientes.

Haciendo referencia al período de construcción y su proceso de control en las presas, incluida la de autos, se dispone de un equipo técnico de control y vigilancia que inspecciona paso a paso el proceso constructivo, con los medios adecuados para el análisis y control de materiales antes, durante y después de colocarse en obra. Un laboratorio ampliamente dotado controla todos los materiales que forman parte en el conjunto estructural de la obra.

Las presas de materiales sueltos no son más peligrosas que las de otros tipos y es necesario hacer llegar al ciudadano la idea de que en este tipo de obra pública se montan los suficientes sistemas de seguridad para que la propia presa y sus instalaciones y elementos mecánicos funcionen en todas las situaciones, normales y adversas, e incluso catastróficas, si entran dentro de las previsiones del proyecto, de las que hacíamos referencia anteriormente.

Por otro lado, considero improcedente manejar conclusiones sobre el desastre del Júcar y el proceso de deterioro de la presa de Tous sin estar seguro de la realidad de los hechos. Me consta que un equipo técnico está realizando un estudio del caso Tous, y en su momento podrá llegarse a las conclusiones definitivas del desafortunado evento. Es entonces cuando el organismo competente deberá informar de las causas de la catástrofe que ocasionaron la rotura de la presa y precisar las responsabilidades, errores o actuaciones improcedentes si es que se produjeron.

Está claro que la presa de Tous fue parcialmente destruida por una gran avenida, pero, en mi opinión, y a poco que se conozca la topografía de la zona más afectada, la causa determinante del gran desastre en la ribera baja del Júcar fue el remanso originado por la presencia de las vías de comunicación existentes entre Alcira y Cullera, las cuales discurren paralelamente a la costa. Hay que destacarlo muy especialmente para evitar que se siga realizando una caza de brujas con las presas y creando en el ciudadano un rechazo visceral hacia este tipo de obras.

Es mi deseo que este escrito sirva para hacer justicia a las presas de materiales sueltos.