Una nueva operación no impide el optimismo en torno al paciente con corazón artificial
El estado de salud de Barney Clark, el paciente a quién se implantó un corazón artificial, era considerado grave después de una operación de pequeña importancia practicada el sábado por la tarde en el hospital de la Universidad del estado de Utah, en Salt Lake City (EE UU). La intervención quirúrgica del sábado, realizada por el doctor William Devries, es la primera desde la implantación del corazón. La operación duró una hora y consistió en eliminar el aire expandido en el tejido celular como consecuencia de la ruptura de varios alveolos pulmonares.
El corazón artificial no fue en absoluto responsable de este problema. Las funciones cardiovasculares del paciente no resultaron afectadas, afirmó el doctor Devries, único cirujano autorizado por la Administración Federal de Salud a intentar esta operación. Algunas informaciones iniciales procedentes de fuentes médicas habían indicado que se había decidido la intervención para remediar una fuga de aire registrada en un tubo que une el corazón artificial y su compresor. Clark sufrió toda su vida un enfisema pulmonar leve y sus pulmones no son muy fuertes a causa de la edad, explicó el doctor Devries. En principio, se había facilitado aire a los pulmones del paciente en un pulmón artificial durante la implantación del corazón artificial. Todos estos factores combinados fueron la causa de la rotura de algunos. alveolos.
Pero el equipo quirúrgico está satisfecho del estado del dentista retirado. El doctor Devries indicó que había tratado tres o cuatro alveolos en mal estado y que otros, muy pequeños, también reventados, no los había tocado porque más valía dejarlos cicatrizar por si mismos. Se ha introducido una sonda en la pared torácica del operado a fin de bombear todo el aire que aún pudiera escapar antes de una perfecta cicatrización.
