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El nuevo Gobierno

Un profesional de la diplomacia

El nombramiento de Fernando Morán López como ministro de Asuntos Exteriores en el nuevo Gobierno socialista no ha producido ninguna sorpresa en los círculos diplomáticos nacionales y extranjeros de Madrid, ya que su designación estaba cantada desde poco después de la victoria del PSOE en las elecciones.La designación de Morán, diplomático de profesión, asturiano de nacimiento e intelectual de vocación, ha sido bien acogida tanto en estos medios, que reconocen en el nuevo ministro un profesional serio y experimentado de la diplomacia, con unas ideas claras y definidas en los asuntos internacionales y con una concepción global de la política exterior, expuesta en libros, artículos y conferencias desde hace muchos años.

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Nació en Avilés en 1926 y, tras licenciarse en Derecho, completó su formación jurídica, política y económica en el Instituto de Altos Estudios Internacionales de París y en la famosa London School of Economics. Ingresó en la carrera diplomática en 1954 y dos años después fue destinado al Consulado general de España en Buenos Aires como cónsul adjunto. Tras una temporada en Pretoria como secretario de Embajada, es trasladado al Ministerio en 1963, donde, como consecuencia de su destino anterior, inicia un estudio profundo de la política africana que le ha convertido en uno de los grandes especialistas del tema en la diplomacia española.

Tras pasar unos años en Lisboa como primer secretario de la Embajada, años que aprovecha para conectar con la oposición portuguesa, y principalmente con el que luego sería líder socialista, Mario Soares, Castiella le nombra subdirector general de Africa, Próximo y Medio Oriente.

Gregorio López Bravo suprime las direcciones generales de áreas geográficas y crea una sola Dirección General de Política Exterior, en la que Fernando Morán es nombrado director de política, para volver a encargarse del área de Africa y Próximo y Medio Oriente en febrero de 1971. Perfecto conocedor del tema del Sahara y de las relaciones con los países del Magreb, Morán advierte repetidas veces al Gobierno sobre la necesidad de llegar a un acuerdo negociado a través de una descolonización rápida del Sahara, que evitase a España el trauma de 1975. Pero sus razones son desoídas.

En enero de 1974 es nombrado cónsul general de España en Londres, donde era embajador el actual presidente de Alianza Popular, Manuel Fraga Iribarne. En esa época, Morán presenta a Fraga a Mario Soares durante una visita que el líder socialista portugués realizó a la capital británica, poco después de la revolución de abril de 1974.

Constituido el primer Gobierno de la Monarquía tras la muerte de Franco, el entonces ministro de Asuntos Exteriores, José María de Areilza, nombra a Morán director general de Asuntos de Africa, cargo que desempeña hasta las primeras elecciones generales democráticas de junio de 1977, en las que se presenta como candidato a diputado por el Partido Socialista Popular, que lideraba Enrique Tierno Galván, y del que Morán era uno de los fundadores. No sale diputado y tienbe que esperar hasta las elecciones de 1979, en las que, tras la fusión del PSP con el PSOE, consigue un acta de senador por su Asturias natal. Realizó una política activa en el Senado como portavoz de Asuntos Exteriores de la minoría socialista.

Fernando Morán ha publicado varios libros de ensayo sobre política, sociología y relaciones internacionales, entre los que cabe destacar su última obra, Una política exterior para España.

En el capítulo de alianzas -el libro está escrito en 1980, antes del ingreso de España en la OTAN-,Morán considera que la entrada de nuestro país en la Alianza Atlántica supondría optar por el peor alineamiento, satelizarle y nuclearizarle. Después de rechazar diversas hipótesis de neutralismo o no alineamiento, el nuevo ministro considera que la solución para España estaría, por un lado, en el inantenimiento de la vinculación bilateral con Estados Unidos, pero con mayor autonomía española, y ,por otro, trabajar activamente por una Europa rnás independizada de Estados Unidos. Fernando Claudín resume, en su crítica al libro de Morán, el pensamiento del nuevo ministro en este tema de esta forma: hay que practicar un poco menos de atlantismo, pero sin caer en la finlandización.

Morán está casado con María Luz Calvo-Sotelo, hermana del anterior presidente del Gobierno, y tiene un hijo, diplomático actualmente destinado en la Embajada de España en Kuwait, y dos hijas, una de ellas profesora ayudante de Sociología Política en la cátedra José Antonio Maravall.

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