Israel mantiene sus exigencias para negociar con los libaneses
El Gobierno israelí decidió ayer mantener sus exigencias para la apertura de negociaciones entre Israel y Líbano sobre el nivel de las delegaciones de ambos países y el lugar en el que se tienen que desarrollar las conversaciones y su objetivo último.
El portavoz del Gobierno israelí, Dan Meridor, afirmó, al término de la reunión del Gabinete, que las negociaciones, que tendrán lugar en "Beirut y Jerusalén", deberán desembocar en "un acuerdo político y en otro acuerdo de seguridad".
La única concesión israelí consiste en no pedir que las delegaciones negociadoras sean presididas por ministros, sino por meros "civiles".
Durante el consejo de ministros, la mayoría de éstos se mostraron partidarios de un compromiso con el Gobierno de Líbano consistente en celebrar negociaciones en un hotel de la localidad libanesa de Jaldé, en la zona ocupada por Israel, y en el kibutz Male Hajamisha, en la periferia de Jerusalén. El Gabinete libanés se niega a enviar delegados a Jerusalén, porque no reconoce la ciudad santa como capital del Estado de Israel.
Pero el ministro de Defensa, Ariel Sharon, logró, apoyado por el jefe de Estado Mayor, Rafael Eytan, imponer su punto de vista intransigente, alegando que Israel debía sacar partido político de su victoria militar en Líbano.
El primer ministro libanés, Chafic el Wazan, afirmó ayer que su país deseaba que "Estados Unidos adoptase una postura firme de cara a Israel para acabar con la intervención israelí en los asuntos internos de Líbano".
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