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El director de la Unesco cree que las desigualdades agravan la tensión mundial

La necesidad de reducir las desigualdades para favorecer el desarrollo constituye el eje esencial del discurso pronunciado el miércoles por Amadou Mahtar M'Bow, director general de la Unesco, con motivo de la cuarta sesión extraordinaria de la Conferencia General. Al presentar en un discurso de 76 páginas el proyecto de plan a medio plazo de la organización para 1984-1989, sometido a la aprobación de los delegados de los 158 Estados miembros, M'Bow denunció enérgicamente "las desigualdades entre los individuos y entre las poblaciones" como factor de incremento de tensiones en el mundo.

M'Bow hizo valer la imposibilidad de "separar los problemas económicos y tecnológicos, los problemas del desarrollo, los del medio ambiente, los de la paz y la seguridad, los de los derechos y libertades fundamentales, de las preocupaciones relativas a la educación, a la ciencia y la comunicación".Al referirse a este último tema, el director general de la Unesco subrayó que "el impulso de la información y la comunicación representa un enorme potencial, aún insospechado, para el progreso de las sociedades", pero corre el peligro de "relegar a los que podrían denominarse desheredados de la comunicación, en la periferia de las sociedades o de la comunidad mundial".

M'Bow condenó, por otra parte, las violaciones masivas de los derechos del hombre y "especialmente en el marco del régimen de segregación racial", e insistió en que "las libertades de las personas y las libertades de los pueblos son las dos caras de una misma realidad". Puso el acento en el hecho de que la noción de derechos humanos se aplica tanto a los derechos civiles y políticos como a los derechos económicos, sociales y culturales.

El director general de la Unesco lamentó vivamente que muchos millones de dólares sean dedicados cada año a la carrera de armamentos mientras "varios centenares de millones de personas viven en situación de pobreza absoluta, gravemente subalimentadas, privadas de cuidados médicos, sin acceso al agua potable", y ochocientos millones de seres humanos son aún analfabetos.

Subrayó también las amenazas que, en su opinión, pesan sobre el medio ambiente, "se trate de presiones y agresiones sobre los recursos no renovables y el medio natural o de los daños que pueden afectar irresistiblemente los equilibrios de la biosfera", y añadió que "cualquier solución real debe orientarse en el sentido de una responsabilidad colectiva y solidaria".

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