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El PSOE prevé unificar en una empresa estatal de 'charter' Aviaco, Transeuropa, Spantax y TAE

El problema del mantenimiento de los aviones españoles y extranjeros en los aeropuertos nacionales (handing), que hasta ahora realizaba Iberia y que Aviación Civil quiere sacar a concurso público, plantea un enfrentamiento entre ambos y la necesidad de una próxima reestructuración y planificación de todo el transporte aéreo. Según fuentes del sector, es necesaria una urgente planificación del tráfico aéreo, que Aviación Civil no ha hecho correctamente, así como la racionalización de las flotas de Iberia y Aviaco, la potenciación de una fuerte empresa estatal de vuelos charter y la no utilización política de la operatividad de los aeropuertos por Iberia o Aviaco. El plan de reorganización del transporte aéreo del PSOE prevé la unificación en una sola empresa estatal -que agrupe a Aviaco, Spantax, Transeuropa y TAE- de los servicios charter.

Fuentes de Iberia confirmaron su oposición a que se le quite el servicio de mantenimiento de aviones en los aeropuertos nacionales, en el que tiene empleados a unos 7.000 trabajadores. Menos aún, que no se saque a concurso de forma global, sino aeropuerto por aeropuerto. Porque, mientras en algunos -como el de Palma de Mallorca- el servicio es muy rentable, en muchos otros -como Córdoba- no es así, lo que obligará a Aviación Civil a crear su propia infraestructura o a forzar a Iberia a que preste los servicios deficitarios.La carencia de una planificación correcta de los servicios de los aeropuertos del país, que depende de la Subsecretaría de Aviación Civil, dificulta aún más las posibiIidades de rentabilización de este y otro tipo de servicios. En aeropuertos con picos de afluencia de aviones en los meses de verano, como el de Málaga, en temporadas bajas se permite que operen aviones a ciertos horarios que obligan a mantener una gran y costosa infraestructura de controladores aéreos, de personal de tierra y de servicios de handling.

Una correcta planificación, hasta ahora inexistente, debería basarse primero en las posibilidades de control de aviones de los controladores de cualquier aeropuerto. Después, Aviación Civil tendría que impedir que la capacidad de movimientos de aviones pára el control aéreo se viera dificultada por los volúmenes de pasajeros de cada avión. Aunque, desde el punto de vista funcional, para los controladores son iguales un DC-9 que un Jumbo 747, la capacidad de pasajeros de este último es cuatro veces superior. Para los servicios de tierra, por tanto, no es igual la coincidencia de dos aviones pequeños que la de dos grandes, que pueden colapsar sus servicios.

Aviación Civil, frente a todos

Esa ausencia de una planificación correcta, denunciada en diferentes ocasiones hasta por los propios pilotos, produce, inevitablemente, molestias a los pasajeros y retrasos en muchos vuelos.El actual enfrentamiento entre Aviación Civíl e Iberia, debido al problema del mantenimiento de los aviones en tierra, no es el único contencioso que tiene dentro del sector del transporte aéreo. De una parte, Spantax ha denunciado a la Subsecretaría de Aviación Civil por no aplicar la ley internacional que permite la protección de todos los países en cuanto a las llegadas a sus aeropuertos de vuelos charter procedentes de otros países. Pese a que existen leyes internacionales que permiten que cada país pueda tener un mínimo fijo de este tipo de vuelos operados por compañías nacionales, la Subsecretaría de Aviación Civil española autoriza operaciones a compañías extranjeras en un porcentaje muy superior.

La misma compañía, sin embargo, se ha visto favorecida durante mucho tiempo por el Organismo Autónomo de Aeropuertos, que depende de la Subsecretaría de Aviación Civil, al permitirle que el impago de los cánones aeroportuarios alcance un volumen de deuda varias veces superior al capital social de la empresa.

Aviación Civil ha sido también denunciada por tolerar que compañías extranjeras realicen vuelos nacionales en este país, cuando la legislación no lo autoriza.

Hasta los pilotos han denunciado en muchas ocasiones las actuaciones de la Subsecretaría de Aviación Civil. Un contencioso que sostienen desde hace tiempo los pilotos con ésta se refiere a las posibilidádes de readaptación social de los pilotos cuando, al cumplir los sesenta años, son forzados a abandonar el servicio activo. Su readaptación hacia otras actividades relacionadas con el transporte aéreo se ve generalmente frenada por Aviación Civil, no tanto por problemas de capacidad como de titulación. Esa fue una de las razones que movió a los pilotos a solicitar titulación universitaria a los estudios que se realizan en la Escuela Nacional de Aeronáutica (ENA).

Por el contrario, Aviación Civil ha invertido más de setenta millones de pesetas en dar cursos básicos de pilotos privados a unos cuarenta funcionarios, la mayoría de ellos ingenieros aeronáuticos. La explicación de la Subsecretaría de Aviación Civil sería la de conocer mejor la problemática de los pilotos, aunque fuentes de éstos comentaron a este periódico que resulta absurdo invertir ese dinero y acceder a un título primario para conocer sus problemas, al tiempo que manifestaron su temor de que eso representara un primer paso para un control de sus actuaciones por parte de esos ingenieros. Eso sería -según les mismas fuentes- como dar un cursillo de primeros auxilios a personas que después pretenderían inspeccionar las intervenciones quirúrgicas de los médicos cirujanos. Para los pilotos, sería igual que si se les diera un cursillo básico para que conocieran mejor la problemática de los ingenieros aeronáuticos.

Racionalización de las flotas

Entre las medidas que han sido solicitadas al PSOE para la reestructuración del sector del transporte aéreo, según ha podido confirmar este periódico, figura la racionalización de las flotas de Iberia y Aviaco. Resulta paradójico que, en muchas ocasiones, Ibéria sufra fuertes retrasos en alguno de sus vuelos o deje de operar otros por carecer en ese momento de aviones, cuando otros aparatos de Aviaco están estacionados en el aeropuerto fuera de servicio. En otras ocasiones, el problema se presenta a la inversa.Con una utilización racional de ambas flotas, al tratarse en ambos casos de empresas estatales, podría evitarse este tipo de problemas sin un costo excesivo de adaptación para los pilotos.

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