Adolfo Suárez se entrevistó con Jordi Pujol

La ambigüedad, como arma política, fue la tónica común de las declaraciones que ayer formuló en Cataluña el líder Democrático y Social (CDS, Adolfo Suárez, horas antes de reunirse con el secretario general de Convergéncia Democrática de Catalunya (CDC) y presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, con quien cenó a en privado en la Casa dels Canonges.

Los ocho diputados del CDS en el Parlament de Catalunya, con los que Suárez se reunío en la sede barcelonesa del partido, habían preparado el encuentro de su presidente con Pujol con una votación de advertencia contra el Gobierno catalán en la sesión que la Cámara catalana celebró el jueves pasado.

En el trasfondo del encuentro de Suárez con Pujol se encuentran las negociaciones qu e el CDS y el Convergència i Unió (CiU) han mantenido en las últimas semanas con el objetivo, los primeros, de ganar protagonismo en la política catalana, y los segundos, de asegurarse la estabilidad del Consell Executiu en el Parlament. El CDS congeló estas conversaciones, en espera del encuentro de su líder con el presidente catalán, cuando se dio cuenta de que Pujol había alcanzado ya acuerdos de principio con CC-UCD, con lo cual se diluía la opción centrista que ellos quieren capitalizar.

En concreto, el presidente Suárez no aceptó ni rechazó la idea de un acuerdo con CiU que representase, incluso, una coalición de ambos fuerzas políticas de cara a las municipales. El presidente del CDS, tras asegurar que ellos no estaban pidiendo nada, se referió a los "puntos de coincidencia y discrepancia" con CiU, y agregó que se podían encontrar fórmulas de colaboración política de "más largo alcance" que un acuerdo para las municipales.

Tras mostrarse "firmemente convencido de que la opción política de centro que representamos se recuperará", Suárez, al que se veía distendido y hasta irónico, quitó relevancia política a su encuentro.