En torno al editorial sobre el 'corto'
Hay que felicitar a EL PAIS -y hemos de felicitarnos todos- por la generosa y nada restrictiva visión que tiene este periódico acerca de los problemas y vicisitudes de la comunidad.Quisiera referirme en concreto al magnífico editorial que, sobre la situación del cortometraje, apareció en días pasados. A los cinéfilos nos reconforta el ver cómo los grandes medios de comunicación se ocupan de los avatares cinematográficos, y más aún si lo hacen de parcelas del "sino, como es el caso, lo que indica a nuestro entender la existencia de un afecto especial y una concepción correcta de la cultura.
Como es sabido, los problemas que atraviesa el corto en España son muchos y muy diversos, pero, contra lo que pudiera creerse, éstos no son única y exclusivamente de tipo económico. Tal y como señalaba Ramiro G. Bermúdez en su carta publicada días atrás, los buenos cortos existen, lo que ya no es tan seguro que exista es una buena disposición por parte de algunos exhibidores hacia ellos. ¿Motivos? Los desconozco.
Pero lo cierto es que los cortos proyectados en nuestros cines dejan mucho que desear, al contrario de lo que ocurre, curiosamente, con algunos avances cinematográficos y con la publicidad, de calidad notable, que constituyen un inmejorable aperitivo para los asistentes al rito al de la sala cinematógráfica.
Ayer tuve ocasión de ver en un cine de estreno un deplorable cortometraje francés que me hizo pensar -sin ánimo alguno de chovinismo-, en cuántos cortos españoles podrían haber ocupado su lugar en condiciones muy superiores de calidad y altura cinematográficas. Ojalá que hechos como este no volvieran a producirse en nuestro cine. /
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