Lluis Claret estrena la 'Música', de Guinjoan

Volvió a dirigir la Sinfónica de RTVE el madrileño Max Bragado Darman (1945), formado en España y en Estados Unidos y de cuyas dotes interpretativas tienen conocimiento nuestros lectores. Ahora, en actitud de servicio a la música que tantos deberían seguir, Bragado ha ocupado el centro de su programa con un estreno contemporáneo: la Música per a violoncel i orquestra y Joan Guinjoan.Pensada para el violoncellista Lluis Claret, él mismo protagonizó una versión absolutamente asombrosa. Guinjoan, sabedor de que para Claret no existen problemas, trazó una parte solista de enorme dificultad aunqe, a su vez, extraordinariamente gratificante para un concertista. Más si, como es el caso de Claret, a las posibiliades técnicas se une un talento musical y una capacidad analítica de primer orden.

Así, la obra de estreno nos llegó como dominado repertorio en todos sus valores, tanto en los solísticos como en los orquestales, gracias a una labor serie, ajustada y expresiva de Bragado Darman.

La Música confirma la capacidad creadora de Joan Guinjoan, compositor que, a lo largo del tiempo, ha ido precisando -que no es lo mismo que modificando- su pensamiento musical, de .gran originalidad e independencia, asumidor de diversas herencias que alimentan su propio mensaje.

Constitutivamente, este mensaje posee gran validez humanística y se transmite a través de un oficio artesanal de alta calidad.

No rehúye Guinjoan lo lírico (menos en una obra con el violoncello como personaje central), pero limita todo exceso por dos vías: la deliberada moderación y cierta acritud de lenguaje capaz también de evitar que la fepia tímbrica y colorista caiga en en excesiva delectación, o en mera complacencia.

Bien estructurada en su concepción unitaria (que subsume los tres tiempos habituales del concerto), esta música de Guinjoan quedará en el repertorio como prueba inequívoca de interés, bien hacer y sintonizar con el público.

El público asistente al estreno dispensó a Joan Guinjoan, Bragado y los profesores de la RTVE una acogida entusiasta.

Técnica de dirección expresiva y eficaz

La técnica de dirección, ágil y expresiva, de Bragado Darman, reveló su eficacia en una muy incisiva versión de la Séptima sinfonía de Prokoflev. Dentro de un espiritu que parece tomar su vuelo de la sinfonía primera (clásica), en lo que no es retomo estilístico, la última sinfonía del soviético responde a una voluntad de simplicidad y a un deseo de rostro amable y hasta alegre, en la que se funden el Prokofiev cosmopolita y el profundamente ruso.

El repertorio de las ideas, la imaginación para tratarlas, la temperatura melódica, la andadtira scherzante a lo Mendelssohn, las resonancias populares, recibidas como una actitud antes que como regalos temáticos, en una fusión de vitalidad, acidez armónica y animación rítmica, hacen de la Opus 131 de Prokofiev pieza casi de bravura para los directores. Bragado la expuso con autenticidad, claridad y brillantez, consiguiendo un éxito tanclaro como el alcanzado con La siesta de un fauno debussyana.