La Policía tuvo que ser reforzada

Los responsables del orden público tuvieron que solicitar ayer el refuerzo inmediato de las fuerzas de Seguridad del Estado que se encontraban en el Bernabéu ante la avalancha de personas que se precipitó sobre las puertas del estadio cuando éstas fueron abiertas, hora y media antes de que se celebrara el encuentro del Papa con los jóvenes.El acto que fue proyectado en una gran pantalla de video situada en la plaza de Lima contó con la asistencia de 150.000 jóvenes en el interior -el aforo normal es de 90.000 personas- y algo más de 100.000 en el exterior.

Los problemas de orden comenzaron a medida que los controladores de las puertas iban siendo avisados de que su sector estaba prácticamente lleno. El temor a no poder entrar hizo que muchos de los invitados se dirigieran a aquellas puertas, en las que no se había interrumpido el paso desbordando a los encargados del orden que se vieron obligados a cerrar algunos accesos.

Minutos después, decenas de furgonetas de la Policía Nacional llegaban a los alrededores del estadio. Una parte de los vehículos fue utilizada para cerrar la calle Concha Espina en tanto los policías formaban cordones y se ocupaban de que se respetara el paso vallado por el que iba a acceder el Papa desde Orcasitas en donde celebró una misa con la asistencia de unas 30.000 personas.

Otras 20.000 personas -muchas de ellas desde tres horas antes- prefirieron esperar el paso del Papa en el recorrido que hizo desde Orcasitas por Santa María de la Cabeza, Delicias y el paseo del Prado hasta la plaza de Lima en donde se concentraban miles de jóvenes que no habían podido entrar por no tener invitaciones -algunos lo lograron escalando la fachada- o por llegar con ellas cuando el campo estaba totalmente lleno. La Cruz Roja no tuvo que atender tantos casos de mareo como durante la misa de la Castellana. El problema de la sed -sufrido por muchos asistentes que esperaban desde la mañana- fue resuelto con el envío de tres camiones cisternas del Ayuntamiento.