Inquietud soviética por las convocatorias de huelgas en Polonia
Moscú comienza a mostrar cierta intranquilidad por la evolución de los acontecimientos en Polonia. Ayer, el diario Pravda se hacía eco de la convocatoria de huelgas y manifestaciones lanzada por la oposición clandestina para el próximo día 10.La publicación en Pravda de esta noticia es -a juicio de algunos observadores- una señal de alarma. Anteriormente, la Prensa soviética se había limitado a informar de forma muy breve de algunas manifestaciones realizadas por Solidaridad -que, en otros casos, eran minimizadas o silenciadas-, pero no se recuerda que las anunciase con varios días de antelación.
El principal diario de Moscú aludía ayer a la situación polaca reproduciendo un despacho de la agencia oficial Tass, fechado en Varsovia, en el que se recogía, a su vez, un análisis publicado por la revista polaca Varvi.
"Se prepara la siguiente provocación", titulaba Pravda a dos columnas. Bajo esta cabecera, y en una información no carente de alarmismo, según Varvi, la oposición clandestina polaca prepara "destacamentos armados" que actuarán el próximo día 10, según el modelo seguido por los terroristas en Occidente.
A estas alturas, parece haberse superado el optimismo con el que los medios de comunicación soviéticos contemplaban la evolución de los acontecimientos en Polonia. Durante el período comprendido entre el autogolpe del general Wojciech Jaruzelski -el pasado mes de diciembre- y las primeras manifestaciones masivas de finales de agosto, el Kremlin se limitaba a subrayar los éxitos del proceso normalizador.
Ahora, Moscú ya no parece tan seguro. "La reacción (polaca) no está dispuesta aún a capitular", reconocía ayer Pravda. "La clandestinidad contrarrevolucionaria", agregaba refiriéndose a la jornada de lucha decretada por la oposición para el próximo día 10, "trata de reagrupar fuerzas para golpear en el momento más conveniente".
"No se puede menospreciar las actividades de las fuerzas antisociales y antipolacas", agregaba también el principal periódico soviético citando a la revista Varvi. Como ya es constumbre, Pravda acusaba de nuevo a Occidente de instigar a la oposición polaca y criticaba con dureza a las emisoras norteamericanas Europa Libre y La Voz de América, que, a juicio de la URSS, fomentan la subversión en Polonia.
La Iglesia católica erá también mencionada por el diario Pravda, que lamentaba su falta de colaboración con el poder y señalaba que algunos clérigos hacen todo lo contrario de lo que sería su deber: "tranquilizar cerebros y corazones".
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