Dos representantes de una generación en un programa insólito

Obras de Cristóbal Haffier y Juan Alfonso García.

Orquesta Nacional. Solista: A. Alvarez. Coro Nacional. Director: E. Ribó. Director: Cristóbal Halffter.

Teatro Real. 29, 30 y 31 de octubre.

Reciente su cadena de triunfos con la espléndida Joven Orquesta Alemana, volvió Cristóbal Halffier al podium de la Orquesta Nacional para dirigir un programa absolutamente insólito en los famosos viernes del Real: Paraíso cerrado, de Juan Alfonso García, y Tiento, del propio Halffter. Sin embargo, el público reaccionó positivamente, si no con excesivo entusiasmo.

Me parece, por parte de la Orquesta nacional de España y de Cristóbal Halffter, una actitud ejemplar, ésta de renunciar a los títulos de repertorio, mucho más agradecidos por los habituales, para ofrecer música de nuestro tiempo, independientemente de que una actitud contraria sería contradicción en un maestro de la generación de los cincuenta.

Halffter dirigió su Tiento y la pieza sinfónica-coral de Juan Alfonso García en el último festival de Granada, en donde ambos autores lograron una respuesta más cálida del auditorio, quizá porque el del coliseo de Carlos V es mucho más variopinto que el de los abonados madrileños.

Tiento responde a una serie de creaciones en las que Cristóbal parte de ciertas formas musicales históricas -populares o no- para iniciar sus personales aventuras: Mizar, Ricercare, Debla, Tiento. Si en Debla está claro que la única referencia cultural es la del "cante primitivo andaluz", en Tiento las sugerencias son muy diversas, desde la vieja forma organística española hasta la expresión jonda, sin olvidar lo que el término significa como ensayo y búsqueda.

El total sonoro del Tiento. es tan compacto como rico de irisaciones, tan firme corno transparente, tan humanamente sentido en su impostación dramática, como biológicamente percutido en su vertebradora pulsación rítmica. En el extranjero gustan de relacionar estos obras halffterianas con la pintura de Goya; sin embargo, yo veo su poética fuerte, su violenta espiritualidad, más cerca del arte de: Tápies con el que coincide en imaginación y en perfecta realización.

Temperatura emocional

Hace unos días, el extremeño-granadino Juan Alfonso García -de la misma generación que Halffter- obtuvo un éxito notable en Epiclesis, pieza organística orquestada por Francisco Guerrero, discípulo a su vez de Juan Alfonso. Ahora llega a Madrid el admirable Paraiso cerrado, para soprano, coros y orquesta, basado en textos del gongorino Pedro Soto de Rojas, ya. comentado desde Granada.

Como el día de su estreno, la obra de Juan Alfonso ha mostrado cuántas bellezas encierra, la variada e inteligente inventiva y, sobre todo, la temperatura emocional de un compositor cuyos pentagramas quedan transidos no sólo por la palabra poética de Rojas, sino por cuanto constituye un legado cultural y un misterio físico granadinos. Adelina Alvarez dijo muy bien el Canto del agua y el Coro y Orquesta Nacionales lograron esplendor y refinada intensidad expresiva a las órdenes de Cristóbal Halffter, protagonista con Juan Alfonso García de una jornada a señalar con piedra blanca, por su interés y su actualidad.

Si no los merecidos, hubo aplausos para todos, sin que se adviertiera una sola disensión. De lo que se desprende una enseñanza útil: en el Teatro Real es hoy posible cualquier tipo de programa.