El grupo Koan clausura el IX Festival Hispano-Mexicano
Una conferencia de Hugo Gutiérrez Vega sobre Música y cultura popular en México y un concierto del Quinteto Koan clausuraron en el Ateneo madrileño el IX Festival Hispano-Mexicano de Música Contemporánea: un total de doce conferencias, audiciones y representaciones de ballet o teatro musical. Por el interés de los programas y la continuidad del empeño, estas manifestaciones están muy arraigadas tanto en el ambiente musical madrileño como en el de la capital mexicana.
El consejero cultural de la Embajada de México en España y excelente poeta, Hugo Gutiérrez Vega, desarrolló una conferencia en la que abordó, con bello lenguaje, espíritu de humor e inteligencia, la cuestión de las músicas populares. Esto es, las que el pueblo asimila y adopta a través de los tiempos y mutaciones.A partir de la idea marcuseana de las tres culturas (la elitista, la popular y la comercial), Hugo Gutiérrez Vega se planteó la existencia en su país de una larga tradición en la que los tres conceptos se interinfluencian.
Con atinadas observaciones sobre la parte literaria -a veces estas músicas populares, comerciales y casi siempre las folklorísticas se apoyan en textos de gran calidad-, el conferenciante habló, representó, evocó y hasta cantó ayudado por el piano versátil de Alicia Urreta.
Vanguardia tradicional o actualista
El programa del Quinteto Koan (Revert, García, Garcés, Peregrin y Rafael Angel) equilibró páginas de autores españoles y mexicanos de distinta generación, pero que en uno u otro grado insertan en las corrientes vanguardistas, trátese de vanguardia tradicional o actualista.La sombra de Weberri o el espíritu de Darnstadt planea sobre obras como la de Mario Lavista (1943), en tanto Gerardo Gombau en sus Texturas y estructuras, y el ucraniano mexicanizado Lan Adomian (1905, 1979), constituyen dos casos de voluntad evolutiva, dotado cada uno de especiales características.
En Fin de verano, el humanismo de Adomian se advierte con claridad tras su lenguaje puesto al día. Más sencillo, incluso más definidamente mexicano, Francisco Saín (1928) hace suyo el estilo del vanguardismo que imperaba en los años cincuenta en Formas plásticas.
Offenes-trío es una pieza de Juan Hidalgo inserta en el estilo instrumental del músico canario, ya abierta a un mundo de posibilidades expresivas que, entre nosotros, exploró Hidalgo por vez primera: el instrumentista empieza a ser también instrumentos.
Perfecto y atractivo en su brillante juego polifónico y su pensamiento bien sonante el Koanquintet, de Carmelo Bernaola (1929), y de gran tensión e inteligente planteamiento estructural, tímbrico, dinámico y dialéctico Kukulkan, de Tomás Marco (1942).
Todas las versiones acreditaron la capacidad individual de los instrumentistas y el largo trabajo de cohesión llevado a cabo. Así, sin alharacas ni grandes actos de clausura, terminó el festival hispano-mexicano: sencilla y eficaz muestra de lo que puede ser el diálogo habitual entre dos identidades culturales.
Babelia
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