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La Comunidad Económica Europea quiere evitar un enfrentamiento agrícola con Estados Unidos en la próxima reunión del GATT

Soledad Gallego-Díaz

Evitar un enfrentamiento con Estados Unidos a propósito de la política agrícola de los diez y conseguir abrir el mercado japonés a los productos europeos serán los dos objetivos principales de la Comunidad Económica Europea en la reunión ministerial del GATT (acuerdo general sobre tarifas aduaneras y comercio) que tendrá lugar en Ginebra los días 24 al 27 del próximo mes de noviembre. Para preparar una posición común en la difícil batalla de Ginebra, los ministros de Asuntos Exteriores de la CEE se reunieron ayer y hoy en Luxemburgo.

Ambos problemas no son nuevos. Los diez han intentado repetidas veces presionar a Tokio para que reduzca la protección de su mercado interno, uno de los más difíciles de penetrar del mundo. Las quejas de Europa son tanto más lógicas cuanto más vende Japón en la Comunidad Económica. El déficit ha alcanzado en los dos últimos años, a causa de las exportaciones japonesas de automóviles y pantallas de televisión en color, cotas nunca conocidas, y en la CEE comienza a aparecer el fantasma del proteccionismo como única fórmula para defender las industrias propias. Para evitar ese proteccionismo -contrario a la idea inspiradora de Europa-, la Comisión Europea ha iniciado conversaciones con Japón, pero hasta el momento no se ha logrado ningún acuerdo, ni tan siquiera aproximación de puntos de vista. La reunión del GATT es el marco indicado para atacar este problema.Los ministros de Asuntos Exteriores de los diez deberán decidir su renuncia ante los organismos de Ginebra de las prácticas comerciales japonesas, pero el principal problema con el que tropiezan es la falta de unanimidad. Mientras Francia y el Reino Unido parecen decididos a entablar relaciones enérgicas contra Tokio, la República Federal de Alemania, Países Bajos y Dinamarca se muestran reacios, temerosos de abrir la puerta a ese fantasma del proteccionismo y de no poder controlarlo más tarde en otros mercados esenciales para su propio comercio.

Más decisivo aún será el debate de los diez a propósito de las relaciones comerciales con Estados Unidos. Washington ha denunciado ya ante el GATT los acuerdos preferenciales de la CEE con países terceros del área mediterránea (España incluida), por estimar que perjudican las exportaciones agrícolas de California.

Política agrícola común

El enfrentamiento Europa-Estados Unidos a propósito de la política agrícola de la Comunidad Económica Europea puede ser uno de los más graves y peligrosos entre los dos aliados. La política agrícola común (PAC) es la piedra angular sobre la que se construyó el Mercado Común Europeo. En la práctica, es la única política de la CEE que ha alcanzado un elevado grado de complejidad y perfeccionamiento, y cualquier ataque contra ella es un ataque directo contra los intereses vitales de la CEE.

En un reciente discurso ante la Cámara de Comercio Suiza-Estados Unidos, el presidente de la Comisión Europea, Gaston Thorn, ha reconocido que algunas prácticas de la CEE pueden ser interpretadas como prácticas proteccionistas, y en cuanto tal, contrarias a los acuerdos del GATT. Pero Thorn ha acusado a Estados Unidos de proteger él mismo su propia agricultura en un grado aún mayor que lo hacen los europeos. La CEE no podrá evitar una dura y profunda discusión el próximo mes de noviembre en Ginebra, pero tiene en la mano buenos argumentos para lograr que Washington modere sus pretensiones.

Una guerra-agrícola entre Europa y Estados Unidos deterioraría las relaciones entre ambos a niveles peores de los actuales, y los norteamericanos saben que no puede haber grandes concesiones de la parte de la CEE sin peligro de resquebrajar toda la política comunitaria.

Los temores de Bruselas son, sin embargo, grandes. Thorn se mostró indignado en Suiza por las declaraciones del representante especial de la Administración Reagan para el Comercio, William Block, quien afirmó que Washington aceptará los arbitrajes del GATT siempre que le sean favorables y que, en caso contrario, pedirá la modificación de los reglamentos que le perjudiquen. Para Block, la CEE está subvencionando las exportaciones agrícolas de sus Estados miembros y practica por ello una competencia desleal.

Una vez más, si la CEE está de acuerdo en el análisis de la situación, no lo está tanto en cuanto a las fórmulas mejores para hacer frente a la misma. La RFA, por ejemplo, predica la moderación frente al hermano mayor del otro lado del Atlántico, y la comprensión, mientras que Francia propone una política más agresiva del golpe por golpe.

Japón y Estados Unidos no son los únicos quebraderos de cabeza de los diez. En Luxemburgo, los ministros de Asuntos Exteriores deben estudiar también qué postura adoptar frente a países en vías de desarrollo que ejercen ya, en determinados campos, una competencia feroz frente a los productos europeos. "Tenemos que plantearnos", explicó Gaston Thorn-, si estos países deben seguir recibiendo en el seno del GATT un trato de favor o si deben ajustarse a nuestras mismas reglas, puesto que están en condiciones de arrebatarnos mercados".

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