_
_
_
_

Abel Mariné: "La mejor defensa del consumidor es una buena ley alimentaria y una Administración eficaz"

Milagros Pérez Oliva

El Día Internacional de la Alimentación se celebró ayer en España sin la reforma administrativa en profundidad que el Gobierno prometió a raíz de la crisis provocada por el síndrome tóxico. Los distintos proyectos de ley del consumidor han quedado dormidos en los cajones del Congreso. El vicepresidente de la Asociación Europea para el Derecho Alimentario (AEDE), Abel Mariné, considera que, hoy por hoy, la mejor defensa del consumidor es una buena ley alimentaria y una administración eficaz capaz de controlar el proceso alimentario. El doctor Mariné propone que el control de la industria alimentaria se realice mediante un sistema parecido al de la farmacéutica.

Más información
La AEDA, ocho años de actividad en Europa

Abel Mariné fue nombrado vicepresidente de la AEDE en el congreso de esta asociación internacional que finalizó el pasado día 1 en Londres. Después de trabajar durante varios años en la Universidad de Salamanca, se ha trasladado a Barcelona para ejercer de catedrático en la facultad de Farmacia."La legislación alimentarla española no está tan mal como algunos dicen, lo que sucede es que la Administración, que tiene que aplicar esta legislación, no funciona bien, y no por falta de recursos materiales o humanos, sino por desorganización y descontrol", dice Abel Mariné. "En general" añade, "el problema de la alimentación se reduce hoy a un cálculo básico: la relación que hay entre el riesgo y el beneficio en la producción alimentaria; es decir, a la hora de valorar, por ejemplo, los aditivos, hay que ver hasta qué punto el beneficio que comportan compensa o no el riesgo".

Si el riesto es tolerable, Abel Mariné es partidario de que se utilicen, pues la sociedad también se beneficia de que los alimentos pue dan comercializarse congelados "Ahora bien", continúa Abel Mariné, "esta evaluación se ha de hacer con rigor. Y me temo que aquí no tenemos los elementos técnicos y científicos necesarios para eva luarlo. Por eso creo que la decisión de autorizar, por ejemplo, la utilización de ácido bórico para la conservación de los langostinos y las gambas es equivocada. El ácido bórico prolonga su conservación, pero es un producto que tiene consecuencias negativas sobre la salud. Y creo que en este tipo de decisiones cuentan determinadas presiones. Es posible que estas presiones estén basadas en hábitos del consumidor, pero en ese caso es más aconsejable cambiar estos hábitos y consumir las gambas sin cabeza".

De hecho, la utilización del ácido bórico quedó prohibida en 1965 y ahora se ha vuelto a autorizar. Esto, por lo menos, crea desconfianza en la Administración. Para restaurar esta confianza no es tan necesaria, en opinión de Abel Mariné, una ley del consumidor ("la más completa es la que presentó el PSOE", dice) como una reforma administrativa y también legislativa que subsane las lagunas que, sobre todo en el aspecto de la responsabilidad penal, tiene la actual normativa.

Voluntad de reformar

La reforma administrativa es más un problema de voluntad política que de recursos. "Existe una red en todo el país compuesta por el médico, el veterinario y el farmacéutico local que, tras un reciciaje, podría ser un importante instrumento de control".

De que lo que fallan son las estructuras es una prueba lo sucedido con el aceite de colza, según Abel Mariné: "Que yo sepa, la venta ambulante de aceite estaba prohibida, y estaba prohibida la venta de cualquier producto que no estuviese acompañado de una etiqueta con el nombre del responsable, ete., ete. Incluso mucho antes de la primera muerte por el síndrome tóxico, asistí a un congreso de laboratorios municipales que se celebró en Madrid donde se dijo, con toda claridad, que en el ciriturón industrial de la capital se vendía aceite adulterado. Es muy fácil que una de estas adulteraciones pueda tener las consecuencias que tuvo este caso".

La de la colza ha sido la intoxicación colectiva deorigen alimentario más importante de las ocurridas en el mundo hasta ahora, según Abel Mariné, por el elevado número de víctimas y afectados en tan escaso tiempo. "Ningún país puede librarse del riego de un accidente alimentario, pero es evidente que, sin control, este riesgo se multiplica", añade.

Para que este control sea efectivo, propone que la industria alimentaria funcione como la farmacéutica y que las empresas productoras de alimentos controlen las materias primas en el origen y al ponerse a la venta.

Este control debe ser responsabilidad de profesionales independientes y debe ser preceptivo, si se quiere lograr una eficacia real, antes de que cualquier producto llegue al consumo.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_