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EE UU, la recuperación que nunca llega

Las proclamas de Reagan no se corresponden con la realidad de la economía norteamericana

La economía norteamericana ha vivido la primera mitad de 1982 bajo la esperanza de una sensible recuperación para finales de año. Los meses últimos han llegado, pero el fin de la recesión no se ha producido. En su intervención televisiva, el pasado miércoles, el presidente Reagan ha proclamado, en plena euforia, el comienzo de la recuperación. Pero la realidad es que las estadísticas muestran otra cosa. Con unas elecciones legislativas a la vuelta de la esquina (el próximo 2 de noviembre), la Administración estadounidense trata de mantener viva la posibilidad de un próximo encauzamiento de la situación.

Una cosa se presenta meridianamente clara en el momento presente de la economía norteamericana: todos los análisis coinciden en la incertidumbre del momento y en la imposibilidad de realizar predicciones que luego queden constatadas por la realidad. "Si hay algo claro sobre la economía en estos momentos", declaraba a este periódico Anthony Pilkington, economista del Conference Board de Nueva York, "es la confusión que existe sobre su futuro".Pese a esta incertidumbre, las estadísticas oficiales más recientes muestran algo que muchos expertos quizá no se esperaban a finales del verano.

Técnicamente, la economía se encuentra de nuevo en una fase de recesión, después de cuatro meses consecutivos de aparente recuperación. Los indicadores económicos registraron, en agosto y septiembre, un evidente deterioro que, en espera de su certificación, modifica la tendencia alcista de los meses anteriores.

Según los datos facilitados por el Departamento de Comercio, el conjunto de indicadores que muestran la tendencia pasada, presente y futura de la economía apuntaban que ésta no se encontraba tan boyante en el mes de agosto.

Lo mismo se espera que pase en el mes de septiembre. La caída del índice conjunto de indicadores en el mes de agosto fue de 0.9%, frente a una subida de 2,5 puntos desde el pasado marzo. Esta fue la primera vez, desde el citado mes, que este índice cae, pero su comportamiento es suficiente para determinar que la pequeña recuperación no se ha confirmado.

Los indicadores

De los diez indicadores más importantes, cinco mostraban tendencia a la baja, y entre ellos se encontraban el de producción prevista, pedidos y solicitudes del seguro de desempleo (que continuaron aumentando, lo que da un futuro incierto al índice de paro). Para mayor preocupación, el Gobierno facilitaba dicho mes, por vez primera en varios meses, -información sobre un indicador -formación neta de negocios- que había omitido en los meses previos. Evidentemente, su comportamiento era negativo.

Pese a estos síntomas objetivos sobre la marcha de la economía, el presidente Reagan ha sido particularmente optimista en su último mensaje a la nación. La razón de esta euforia puede encontrarse en las circunstancias que vive el país estos días: dentro de dos semanas los norteamericanos acudirán a las urnas para nombrar un tercio del Senado y la totalidad de la Cámara de Representantes. En estas elecciones, conocidas como del mid-term, se decide el control de las dos Cámaras legislativas por los demócratas o los republicanos. Según sea el resultado, Reagan podrá disfrutar de un cómodo mandato en los dos años que le quedan en la Casa Blanca o convertir éste en un calvario, teniendo en cuenta las próximas elecciones presidenciales de 1984.

El análisis de Reagan sobre la situación económica ha tenido que ser, forzosamente, electoral, y por ello ha escondido algunos aspectos de la situación real. Sin embargo, el ocupante de la Casa Blanca ha sido certero al señalar que, al menos por el momento, la economía ofrece algunas constantes muy diferentes a las que presentaba cuando llegó al cargo hace dos años.

Control de la inflación

Objetivamente, estos datos presentan un avance importante en el control de la inflación, que ha caído del 12% hace dos años a un 5,1% en los últimos seis meses. Los tipos de interés han caído del 21-22% al 12% la semana pasada, y los esfuerzos para controlar el déficit público, verdadero drama de la economía norteamericana, por lo menos se han realizado. Asimismo, es previsible que la economía presente un mínimo crecimiento, aunque posiblemente no sea superior a las décimas de unidad.

Es significativo que, bajo este panorama, la Administración norteamericana esté concentrada ahora en alejar el espectro del desempleo. Con un índice de paro que supera los dos dígitos (los últimos datos hablan del 10%), el desempleo se ha convertido en Estados Unidos en un auténtico drama, de la misma forma que lo ha sido durante años en Europa. Reagan, además, se encuentra atacado en este punto por los demócratas que saben que, con excepción del crecimiento alarmante del número de parados, casi todos los frentes económicos pueden ser manipulados coyunturalmente para presentar un balance aceptable a los electores.

La baja de los tipos

Esto es lo que ha sucedido con los tipos de interés, verdadero calvario de los norteamericanos en los últimos años. Acostumbrados a unos tipos bajos, los consumidores estadounidenses han reaccionado con disgusto ante unos costes del dinero por encima del 20%. Esta cuestión fue decisiva en las pasadas elecciones, y la derrota de Carter por parte de Reagan, que traía una esperanza con sus reaganomics, puede atribuirse, en parte. al fuerte peso del elevado coste del dinero sobre la vida normal de los norteamericanos.

Reagan, que en los últimos meses ha dado varios giros a su política económica, especialmente en el tema de los impuestos, se las ha arreglado ahora para convencer a Paul Volcker, presidente del Sistema Federal de la Reserva, de que debe imprimir otro giro copernicano a la estricta política monetaria que mantenía la causa primordial de unos tipos de interés tan elevados. El cambio en la política de manipulación de la masa del dinero disponible en el sistema ha provocado, en muy poco tiempo, una caída en picado de los tipos de interés, que pueden llegar fácilmente al 10% en los próximos días, según algunos expertos.

Euforia en la Bolsa

La presencia de más dinero en el sistema y la expectativa a corto plazo de que va a persistir por algún tiempo han provocado una auténtica euforia en la Bolsa de Nueva York, donde el índice de los valores industriales del Dow Jones ha superado la barrera psicológica de los mil puntos. Esto, que es inusual en los últimos años, ha generado un ambiente artificial de optimismo que, sin embargo, no se ve confirmado por los hechos ni las estadísticas.

A esta circunstancia quizá se deba la cautela que presentan los expertos y analistas de la economía a la hora de enjuiciar la situación. El último boletín de la banca Morgan, el Morgan Guaranty Survey, hablaba de la esperanza de que los datos correspondientes al segundo semestre del año presentaran una cierta recuperación. Pero este análisis era sólo una esperanza, con la particularidad de que incluía, una advertencia, en el sentido de que si se producía tal recuperación, sería muy modesta.

En cualquier caso, queda por determinar qué es lo que pasará tras las cercanas elecciones legislativas. El camino que adopte la Casa Blanca, posiblemente con un cambio en su equipo económico, será decisivo a la hora de conocer el rumbo exacto de una economía que, pese a su papel de estimulante de la occidental, está desde hace meses a la espera de la ansiada recuperación.

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