_
_
_
_
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El PSC busca su espacio perdido

Cuando en 1974 el Congreso de Suresnes elegía a Isidoro, nombre de guerra del entonces desconocido Felipe González, como secretario general del PSOE, en Cataluña un grupo de socialistas no adscritos a estas históricas siglas había iniciado un proceso paralelo en torno a Convergencia Socialista de Catalunya (CSC), capitaneado por Joan Reventós.Ayer, en la víspera del octavo aniversario del Congreso de Suresnes, Felipe González, desde la antesala de la presidencia del Gobierno, participaba, junto al número uno del PSC por Barcelona, Josep María Raimon Obiols, en tres mítines de la campaña electoral de los socialistas catalanes. Obiols, brazo derecho de Reventós desde los tiempos del Moviment Socialista de Catalunya (MSC), aportaba con su presencia el contenido nacionalista que la opción de cambio que encarna el PSOE precisa en Cataluña para contrarrestar las posiciones del catalanismo populista de los seguidores de Jordi Pujol.

Más información
Jordi Pujol acepta el debate televisado que le propuso Felipe González en respuesta a Miguel Roca

Así, ante el grito de "Fora charnegos" ("Fuera charnegos") lanzado el pasado 11 de septiembre por sectores próximos al independentismo, Obiols y González podían coincidir en un mismo mitin y afirmar que se sentían orgullosos de recibir ese insulto. Atrás habían quedado los intentos de los padres del actual PSC por vertebrar una opción socialista en torno a una utópica Federación de Partido Socialistas, (FPS) y la tentación de miembros del antiguo PSOE catalán de acudir en solitario a las primeras elecciones generales del 154.

La lógica política y el pragmatismo se impusieron en una operación electoral que situó al nuevo PSC-PSOE com,o partido hegemónico en Cataluña. Sin embargo, deberían pasar varios años para que ese noviazgo político se consolidara, y, a ello contribuyó, sin duda, el descalabro de los socialistas catalanes en las elecciones al Parlamento autonómico de 1980.

El actual intente, del PSC por reconstruir su hegemonía en Cataluña topa con la paradoja política de que, mientras sigue precisando del PSOE -los carteles con la imagen defelipe González han aparecido en las paredes de Barcelona antes que los de Obiols- para atraerse a una proporción cuantitativa del electorado, cualitativamente precisa recomponer su imagen catalanista deteriorada con el debate de la polémica LOAPA.

Felipe González reconoció ayer, pese a mostrarse optimista, que no sabía en qué medida el handicap LOAPA iba a influir en el resultado electoral en Cataluña, y asimismo tampoco se comprometió sobre la continuidad del grupo Socialistas de Cataluña en el Congreso de los Diputados. De la recomposición del diálogo con los grupos nacionalistas en torno a la política autonómica y, en un segundo plano, de la permanencia de la voz propia de los socialistas catalanes en Madrid depende, sin embargo, que esa recuperación electoral que los sondeos de opinión otorgan al PSC pueda tener, a posteriori, una plasmación institucional en el futuro de la política catalana.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_