Las relaciones París-Rabat, inalterables a pesar del 'caso Jadija Bulecuat'
Las relaciones franco-marroquíes no parece que vayan a resentirse como consecuencia del extraño secuestro de la señora Jadija Allauah Bulecuat, que reapareció ayer en París sana y salva aunque muy debilitada tras una semana de ayuno, según confesión propia.Bulecuat, a primeras horas de la mañana de ayer se presentó en una comisaría de la periferia parisiense, donde aseguró que había sido secuestrada el pasado día 28 de septiembre. Debido a su debilidad fisica, por no haber comido, fue internada en un hospital. En cuanto su salud lo permita la policía la interrogará sobre lo que hasta la fecha ha sido considerado por esta última como un secuestro equívoco.
La desaparición de esta señora, de nacionalidad francesa pero de origen marroquí, fue notificada por sus allegados, quienes aseguraron que el secuestro estaba relacionado con los servicios secretos del rey de Marruecos. Y esto porque Bulecuat es hermana de tres franceses, también de origen marroquí, desaparecidos hace cerca de diez años en Marruecos y de los que no se ha vuelto a saber nada.
Jadija Bulecuat, que estuvo detenida en Marruecos y desde 1981 vive en Francia, parece ser que ha realizado gestiones ante organismos humanitarios internacionales con el fin de conocer el paradero de sus tres hermanos, cuya desaparición se une al de las quinientas personas que han sido detenidas en el reino marroquí y cuyo para paradero se desconoce, según denuncias presentadas en la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
Bulecuat, debido a aquellas iniciativas, pudo ser amenazada por agentes de los servicios secretos marroquíes, y por ello algún periódico comparó este asunto con el de las desapariciones políticas de Mehdi Ben Barka y del exiliado rumano Virgil Tanase. El primero, íder político de la oposición al rey Hassan II, desapareció para siempre en París, en 1965, víctima de una trama policial franco-marroquí que dañó seriamente las relaciones diplomáticas entre ambos países.
Tanase está perseguido por el régimen comunista de Bucarest y el verano último fue protagonista de una auténtica novela de espionaje en la que incluso participó el presidente de la República, François Mitterrand. Los lazos diplomáticos franco-rurnanos también se han deteriorado, hasta el punto de que Mitterrand retrasó sin fecha un viaje oficial que estaba previsto.
Las investigaciones policiales, tras la desaparición de Bulecuat, hacen pensar a la policía de este país que nada indica que el caso de esta última tenga algo en común con los dos anteriores. Las pesquisas sobre su vida privada han provocado la sospecha en la policía de que su mitomanía y su fragilidad psicológica obligan a tener prudencia a la hora de pronunciarse sobre su secuestro.
El hecho de que haya reaparecido sana y salva también resulta sospechoso.
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