Suárez se limitó a reuniones con los militantes del CDS en su visita al País Vasco
A escasas horas del comienzo oficial de la campaña electoral, el presidente del Centro Democrático y Social, Adolfo Suárez, aun no se ha lanzado a protagonizar actos masivos ni mítines. Su estancia ayer en Vizcaya, Guipúzcoa y Alava, en una agotadora etapa automovilística, se limitó, como ocurrió la pasada semana en Galicia, a reuniones y almuerzos con los militantes del CDS en el País Vasco, zona donde, por cierto, el partido suarista cuenta con muy escasa implantación.En sus encuentros con la Prensa local, Suárez insistió en recordar su participación directa en la elaboración del Estatuto de Autonomía de Guernica y criticó reiteradamente la manera como el Gobierno Calvo Sotelo sacó adelante la LOAPA, sin una suficiente negociación con las fuerzas nacionalistas.
Con todo ello, y mostrándose fuertemente partidario de una amplia autonomía, Suárez trata de paliar la debilidad que muestra el CDS en el País Vasco. Con una militancia que procede prácticamente en su totalidad de UCD, los responsables de las gestoras vascas concentrarán su esfuerzo en tratar de obtener un dificil escaño por Alava.
Pero Suárez había prometido acudir a Bilbao y San Sebastián y lo ha cumplido, en medio de una lluvia torrencial que,. como también ocurriera en Galicia la semana pasada, le impidió cualquier salida callejera. Algo que, de cualquier modo, el ex presidente no parecía muy dispuesto a hacer, al menos en Euskadi.
Se considera posible un encuentro, tal vez a primera hora de esta mañana, en Vitoria, con el presidente del Gobierno vasco, Carlos Garaikoetxea, buen amigo de Suárez El CDS local solicitó una entrevista con Garaikoetxea que estaba siendo estudiada "a la luz de la época electoral que vivirnos", lo que significa que el PNV no está muy dispuesto a conceder publicidad gratis al líder del CDS.
En un primer encuentro con la Prensa, Suárez afirmó que el "pacto de Estado" que el CDS propone podría incluir lo que ha dado en llamarse "el problema vasco" y sus posibles soluciones. El ex presidente se declaró contrario a cualquier negociación con ETA y optimista sobre el futuro de la región, ya que "el Estatuto de Guernica supone el comienzo de un camino".
Sí a la autonomía, no a la autodeterminación
Se declaró autonomista, aunque negando la autodeterminación: "La Constitución es como es y hay que respetarla", y eludiendo hablar de Estado federal. Atacó la coalición formada en el País Vasco por AP, UCD, PDP y PDL, señalando que Ia derecha dice que hay que clarificar las cosas y lo que quiere es radicalizarlas". Y se negó a admitir cualquier fallo en el tratamiento del tema, vasco mientras fue presidente del Gobierno.
No faltaron las referencias al intento de golpe de Estado del 27 de octubre. Repitió que es "absolutamente intolerable" que los militares que no asuman la Constitución continúen en las Fuerzas Armadas, y que "no parece posible que tres personas solas puedan planear un golpe de Estado".
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