30 vehículos, entre ambulancias y coches patrulla, movilizados por una intoxicación masiva
Una intoxicación ocurrida el pasado sábado como consecuencia de la ingestión de alimentos durante un banquete nupcial obligó en la noche de ayer a que Policía Municipal y Nacional, Bomberos, Cruz Roja, Protección Civil y Ayuntamiento montaran urgentemente una operación especial para trasladar a distintos centros de la capital a una veintena de personas, entre ellas varios niños, que horas antes habían sido dadas de alta y enviadas a sus domicilios. En la operación participaron unos treinta vehículos, entre ambulancias y coches patrulla, que acudieron al número 31 de la calle Capitán Haya donde se habían concentrado los intoxicados.
En la madrugada del sábado al domingo cerca de treinta invitados al banquete celebrado tras la boda entre Aurelio Pereira y María del Valle Moreno comenzaron a sentir diversos síntomas de intoxicación tales como vómitos, fiebre alta y mareos por lo que tuvieron que ser ingresados, principalmente, en los servicios de urgencia de la Clínica de la Concepción y el Hospital Clínico (ver EL PAIS de ayer).La intoxicación parecía una más de las que en los últimos años se han producido. Sin embargo en la tarde de ayer, horas después de que la totalidad de los enfermos, excepto uno, hubieran sido dados de alta, los síntomas se reprodujeron con más fuerza aún, al tiempo que otras personas que hasta ese momento -se habían considerado sanas comenzaban a sufrirlos. Según los enfermos, en los hospitales se les había recetado Clamoxil y Budirol y les habían indicado que bebieran mucha agua de limón.
Aurelio Pereira, el novio, a la vista de la situación y de que en algunos centros no admitían a los intoxicados, "ante la necesidad de amas para otras urgencias más graves", optó por llamar a los salones Urvi, emplazados en el hotel Puerta de Toledo, en donde se ha5ía celebrado el banquete, e indicar que algunos de los adultos y niños intoxicados tenían desde hacía loras una fiebre muy alta y vomitaban continuamente así como que había familias enteras afectadas sin posibilidad de ser atendidos. "La respuesta fue que nos viniéramos todos a Museba, cuyo servicio estaba comprendido en una póliza de seguros que ellos tienen", informó Pereira.
El cuadro que ofrecía la clínica sobre las diez de la noche era impresionante. Vómitos por el suelo; niños, pálidos y con mucha fiebre; una mujer con mascarilla,de óxigeno en la única cama existente. Se,un explicó Gerardo Martín, director de Museba, anagrama que corresponde a la Mutua de Seguros Bancarios, "no entiendo cómo es han mandado aquí".
Por ese motivo cuando llegaron los más de cincuenta intoxicados tras recorrer Madrid escoltados por un coche de la Policía Nacional, se encontraron con que sólo había un traumatólogo y una enfermera lo que provocó una airada reacción entre los enfermos y la decisión de llamar a Protección Civil. Veinte minutos más tarde, la calle Capitán Haya, ante la sorpresa de los vecinos y de los transeúntes, se llenaba de ambulancias, coches patrulla de la Policía Nacional y Municipal, pitidos, sirenas y destellos. Cerca de veinte personas, entre ellas seis niños, -uno de veinte días, al que cuando le bauticen pondrán el nombre Domingo Pereira, intoxicado, según parece, a través de la leche matena-, fueron trasladadas urgentenente a distintos centros en ambulancias municipales, de la Cruz Roja, de Bomberos y de Protecfión Civil.
A las personas hospitalizadas ayer hay que sumar otras veinte, ngresadas en su lugar de residencia, y otros cuarenta intoxicados en otro banquete celebrado el mismo día en los citados salones.
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