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Relevo en la cancillería de la RFA

Los socialdemócratas se mentalizan para ser oposición

Las discusiones y dimisiones continúan dentro del Partido Liberal (FDP) tras el cambio de canciller en la República Federal de Alemania. El ex canciller Helmut Schmidt advierte a su partido, el SPD, sobre la frustrante tarea de oposición, y los democristianos (CDU-CSU) se preparan para ocupar en Bonn una considerable cantidad de altos puestos que quedan vacíos.

Después de la caída Schmidt se dirigió a una reunión del grupo parlamentario socialdemócrata, donde el viejo Herbert Wehner le entregó un ramo de flores y le agradeció su trabajo. En las breves palabras de Wehner hay una frase importante sobre el futuro del SPD. Wehner aludió a los doce puntos del discurso final de Schmidt en el Bundestag como "línea maestra y perspectiva para nuestro trabajo futuro". Estas palabras dan la impresión de que quieren fijar la línea estratégica del SPD sobre la base de la política mantenida por Schmidt, en contra de los intentos de aproximarse a la nueva mayoría, que implica acercarse a los verdes, esbozada por el presidente del SPD, Willy Brandt.Los socialdemócratas deberán afrontar la difícil tarea de la oposición y no está claro si Schmidt va a seguir al frente del partido como candidato a la cancillería. El excanciller se declaró dispuesto a ser candidato a unas elecciones inmediatas. Pero no dijo nada de si lo será el 6 de marzo, o cuando se convoquen.

Schmidt está convencido de que no habrá elecciones el 6 de marzo. En sus palabras al grupo parlamentario, después de su cese el viernes, dijo: "Eso de las elecciones en marzo podéis quitároslo de la cabeza". El ex canciller dijo también que la "experiencia que tenéis por delante es que la oposición no es un placer, sino, como se dice hoy, una tarea muy frustrante". Schmidt añadió que "el alivio que podáis sentir ahora se pasará pronto, y pronto os daréis cuenta de que no recibís ni un solo documento de un Ministerio, de que no podéis poneros de acuerdo con ningún ministro ni subsecretario para los ruegos y preguntas o para conseguir algo para el distrito electoral o el Gobierno regional. Dentro de un par de semanas os daréis cuenta de que podéis decir lo que queráis en el Bundestag y nadie lo oye ni lo tiene en consideración".

La perspectiva que Schmidt pintó a su grupo parlamentario no puede ser más negra después de casi dieciséis años de disfrutar del poder. En la avenida que une Bonn con el barrio de Bad Godesberg se podía ver ayer de forma plástica el cambio. Ante la sede de los democristianos, un pasquín presentaba a un Kohl radiante, con el texto "Con el canciller federal, Helmut Kohl, se ha puesto en marcha un nuevo comienzo. Ahora, juntos, podemos dominar la crisis". Tan sólo unos metros más allá aparecía un pasquín socialdemócrata con el texto: "Queremos elecciones ahora".

Genscher, en la picota

La polémica sobre la convocatoria de elecciones marcará la política de la República Federal de Alemania en los próximos meses. El nuevo canciller, Kohl, confirmó la fecha del 6 de marzo en sus primeras declaraciones tras su elección. Kohl necesita conseguir la legitimación del voto popular para borrar la mala imagen inicial de su llegada a la cancillería, pero se duda que se vayan a celebrar, y ya empieza a circular la expresión de que "Genscher intentará por segunda vez engañar al electorado y se encargará de que no haya elecciones en marzo".Los liberales siguen en *crisis después del cambio de Gobierno. La agrupación de Hamburgo pidió, en una votación por cincuenta contra 44, la dimisión del presidente del partido, Hans-Dietrich Genscher, que ya está de nuevo preparando las maletas para salir de viaje a Nueva York, después de recuperar, mañana, el Ministerio de Asuntos Exteriores.

Al hombre de la calle se le hace difícil tragar que hasta hace una semana los liberales hayan gobernado el país durante catorce años y lo hayan llevado a la "crisis más grave de su historia", como dicen los democristianos, y que después de siete días vuelvan a los sillones ministeriales como si no hubiese pasado nada.

La heroína del día es la diputada liberal Hildegard Hamm-Bruecher, por su discurso, en que consideró como una falta de vergüenza democrática el cambio de Gobierno. De la diputada se dijo que "esa mujer es el único hombre en el Partido Liberal".

La frase es exagerada, porque las mujeres del grupo parlamentario liberal han tomado una actitud consecuente en toda la crisis y van a complicar la vida a la dirección en los próximos días y en los congresos del partido de Düsseldorf y Berlín Oeste.

La diputada liberal Ingrid Matthaus presentó ayer la dimisión de su cargo de presidenta de la Comisión de Hacienda del Parlamento de Bonn y anunció que no está dispuesta a apoyar al nuevo Gobierno conservador.

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