Beguin, el 'carnicero', se queda solo

( ... ) Muchos habitantes de Israel -los que ayer se lanzaron a la calle en manifestación contra el Gobierno- saben que la ley del Talión sólo puede conducir a la marginación del país por la comunidad de las naciones. Y al rechazo por las conciencias más sensibles de la humanidad. Jean-Paul Sartre, con el complejo de culpabilidad que embargó a todos los intelectuales de la posguerra, se mostró siempre favorable a Israel, y declaraba sentirse judío, por razones de solidaridad con un pueblo perseguido, que no de raza ni de creencias. En septiembre de 1982, Sartre se sentiría seguramente palestino.Esto no se ignora en Israel por parte de un sector importante de población. La que ayer condenó la acción asesina del Gobierno. Saben los manifestantes de ayer que no pueden consolidar un Estado basado en la brutalidad y en la superioridad de la capacidad destructiva, que no pueden aspirar a la estabilidad de un hogar nacional con el rechazo de la comunidad internacional de naciones. Por más que cuenten aún con el apoyo incondicional de Estados Unidos, como se demostró en la votación de la madrugada de ayer en la Asamblea General de la ONU: 147 votos en contra y sólo dos a favor. Precisamente los de Estados Unidos e Israel. Saben perfectamente que la historia es cambiante y que también un día Estados Unidos emprendió la retirada de Vietnam.