La asistencia catastrófica

De cada catástrofe se saca algo en claro. Del trágico -accidente del DC-10 en Málaga, la constatación de la infinita estupidez y egoísmo de esos pasajeros desaprensivos que lucharon por !u portafolios o el neceser de las joyas antes que por la vida (la suya y la del resto del pasaje);, todo esto, en contraste con las operaciones de salvamento, que han sido un éxito: por fin se consigue conjuntar y coordinar fuerzas civiles. y militares, con un grado de eficacia máximo y empleando equipos y materiales adecuados. Estos son, sin duda, los posos de la encomiable gestión de Federico Gallo y sus colaboradores paisanos y militares al frente de Protección Civil. Por fin empiezan a verse unidades medicalizadas y móviles especiales.Ya en 1979 sugerimos y defendimos nosotros la idea de la asistencia in situ profesional, a propósito de las catástrofes del Orbigo y Los Rodeos, en contra de la del traslado inmediato, que preconizaba entonces Cruz Roja. Argumentábamos la necesidad de dotar a las ambulancias con medios técnicos suficientes para una asistencia médica de urgencia a pie de accidente, realizada por médico! asistidos por voluntarios. Proponíamos la reconversión de todas las ambulancias, la rehabilitación de centros comarcales y la creación para' el personal sanitario (médicos y ATS) de. un servicio civil. Ahora, que vamos hacia los 20.000 médicos en paro, no creemos difícil establecer guardias de asistencia en turnos rotatorios voluntarios, como se hace, por ejemplo, con la firma de certificados. Esto llevaría consigo cursillos de adiestramiento especiales, una pequeña nómina de gratificaciones y, claro está, la creación de unidades móviles ad hoc, permanentemente revisadas y a punto para actuar en catástrofes, carreteras, playas, campings, pueblos sin médico (los hay, aunque parezca mentira) y traslados con vigilancia médica activa.

Además, cada médico dispondría de un equipo estándar personal portátil, de manera que incluso si el siniestro alcanzara a los hospitales se pudiera contar con material asistencial (un médico sin equipo es como un servicio de bomberos sin agua), y se crearían sistemas de rápida localización del número necesario de especialistas en colaboración con policía y bomberos. La realización de todo lo anterior completaría la definitiva organización de la asistencia catastrófica en España. /