Los bancos, al igual que las cajas, pagarán parte de los intereses con regalos a los ahorradores
Varios bancos, entre ellos uno grande, preparan campañas de entrega de regalos a sus clientes, como parte de la remuneración al ahorro. Se unirán así a una práctica extendida entre las cajas, que hasta ahora han gozado de exclusiva en el anuncio de los pagos en especie. Ambos grupos de entidades han acelerado la captación de depósitos, que aumentaron en conjunto casi billón y medio de pesetas durante los siete primeros meses del año. Su mayor competencia se plantea en el ahorro a plazo, donde las remuneraciones por esta vía se efectúan con perjuicios para laHacienda pública.
El Banco de España, según han confirmado fuentes del mismo, se ha mostrado receptivo con los bancos que le han pedido ya autorización para tales prácticas, dejando la puerta abierta para otros. La luz verde cumple un propósito de equiparación con las cajas en este campo. No se han tenido en cuenta los problemas fiscales y de competencia que genera la entrega de regalos, por estimar la autoridad monetaria que no entra en su misión.Dos han sido las condiciones puestas a los bancos que han solicitado autorización. En primer lugar, que no cancelen durante un "tiempo prudencial" las imposiciones conseguidas con el reclamo de la remuneración en especie. La otra consiste en que no den anticipos sobre los depósitos en cuestión.
Las cajas de ahorro no han tenido que someter a autorización sus campañas, por esgrimir que sus estatutos, promulgados en 1929 y 1933, en virtud de real decreto y decreto-ley, respectivamente, incluyen entre los fines de dichas instituciones el incentivar al ahorro. El Banco de España trató de meterlas en cintura con motivo de la orden de 19 de enero de 1981, sobre liberalización del sistema financiero, pero les dio la razón un dictamen solicitado por la autoridad monetaria a la Dirección General de lo Contencioso del Estado.
La orden salió cuando las cajas empezaron a pasar de sus tradicionales sorteos (al principio, jamones; luego, pisos y coches) a la realización de todo tipo de regalos, lo que ha convertido a algunas en verdaderos bazares.
Un único obstáculo pone la normativa bancaria existente hasta ahora a la remuneración al ahorro en especie: que no sirva para superar los tipos de interés máximos, que la indicada orden fijó sólo hasta seis meses de plazo y para más de un millón de pesetas. Sin embargo, es ya de dominio público que el principal aliciente de dicha práctica, para las entidades financieras y sus clientes, radica en la defraudación a Hacienda.
Ciertamente, las remuneraciones en especie no están sujetas a la retención del 16% fijada para los tipos de interés y otros rendimientos del capital, a efectos del impuesto sobre la renta. De otro lado, como los bancos se han negado a entregar a Hacienda la relación detallada de perceptores de intereses, sus clientes se sienten menos obligados a declarar entre los ingresos, como exige la ley, tales remuneraciones. Que hoy pueden ser desde televisores y vídeos hasta vajillas y todo tipo de aparatos para el hogar, como es el caso más frecuente.
Según fuentes de las cajas y del banco mediano que tienen campañas de regalos, éstas sirven más para afianzar a plazo el ahorro que para captar nuevos depósitos. No obstante, aunque se deba a otros factores, ambos fenómenos han afianzado últimamente su fuerza. En los ocho primeros meses del presente año, las cajas de ahorro han incrementado sus recursos ajenos en 517.298 millones de pesetas, con crecimiento del 11,76%
Para los bancos, los últimos datos disponibles, relativos al 30 de julio, detectan un incremento en los depósitos del 10,45% durante los siete primeros meses del año, 972.926 millones de pesetas en términos absolutos. En ambos casos, las tasas intermensuales anuales han superado últimamente el 20%, lo que presagia que el aumento acumulado en 1982 sea superior al de 1981.
Traslación de depósitos
Aunque en medios financieros se atribuye este fenómeno a la inclinación por inversiones sin riesgo, lo cierto es que en las cajas de ahorro los depósitos de origen privado rondar el 20% de incremento cada mes, sobre igual período del año anterior, nivel tres o cuatro puntos superior al del año pasado. A principios de año, el espectacular crecimiento de los depósitos de dichas entidades, que confirmó en exceso la tendencia iniciada en 1981 de recuperar la banca la cuota de mercado perdida en ejercicios anteriores, se debió, en parte, a los depósitos de origen público. Pero cuando la línea de éstos se quebró, poco antes del verano, el avance se mantuvo, aunque algo más moderado.Además, la traslación de depósitos a mayores plazos es más apreciable en las cajas. Según datos de la Confederación Española de Cajas, en los cinco primeros meses del año los depósitos a plazo y vinculado crecieron un 12,96% (222.307 millones de pesetas en términos absolutos), mientras que los simples depósitos de ahorro descendieron un 3,2% (50.322 millones de pesetas en total) y las cuentas corrientes, exceptuadas las de organismos y cooperaciones, descendieron un 2,49%.
En los bancos, los últimos datos conocidos, relativos al 30 de julio, indican que, durante los siete primeros meses del año, los depósitos a la vista descendieron un 0,46% (12.421 millones de pesetas); los de ahorro crecieron el 1,73% (25.913 millones), y los de plazo aumentaron el 14,14% (615.556 millones). Las tres magnitudes son, en su signo, mayores a las del año pasado por las mismas fechas, lo que indica que se mantiene, como en las cajas de ahorro, la traslación iniciada ya hace varios ejercicios.
De forma paralela a tales movimientos, se detecta un fuerte encarecimiento de los tipos de interés a que son remunerados los depósitos. El fenómeno, originado por la competencia y que, a la postre, es el principal causante del también paralelo aumento de los tipos de interés cobrados a las empresas, debido a que los gastos de transformación son bastante inflexibles en España, ha tendido a acortar las diferencias a este respecto entre las cajas de ahorro y la banca.
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