Un 'arrepentido' de la Mafia reveló secretos al asesinado general Dalla Chiesa
Sólo ayer la opinión pública de este país fue puesta al corriente de que dentro del poderoso mundo de la Mafia existe también un arrepentido que había hecho revelaciones sorprendentes al general Carlo Alberto dalla Chiesa, recientemente asesinado en pleno centro de Palermo.Este arrepentido, del cual las autoridades no han querido revelar ni el nombre ni el lugar donde reside, supervigilado por las fuerzas del orden, es el que había entregado a Dalla Chiesa, hace tres meses, cuando llegó a Palermo como gobernador para dar batalla contra la Mafia, la lista de los 162 personajes más importantes del misterioso mundo de la Mafia palermitana.
Según muchos observadores, ha podido ser este uno de los motivos más importantes que han provocado la eliminación del valiente general de los carabinieri.
Cuando en una de sus últimas entrevistas le habían preguntado con qué métodos pensaba combatir la Mafia, el general había respondido: "Permítanme que no revele mis secretos". Y el secreto era este arrepentido.
Por eso, el general Dalla Chiesa acababa de pedir garantías especiales y los mismos privilegios para los posibles arrepentidos de la Mafia. Era el método que en la lucha contra el terrorismo había dado el gran éxito a Dalla Chiesa, cuando recibió poderes especiales para combatirlo a nivel nacional.
Según este arrepentido, las últimas carnicerías llevadas a cabo en Palermo por las dos bandas mafiosas, la antigua y la moderna, con un balance de un muerto cada 48 horas y el asesinato de los dos grandes jerifaltes de la nueva generación mafiosa, Stéfano Bontade y Salvatore Inzerillo, tuvieron un motivo muy concreto.
Al parecer, las diversas familias mafiosas se habían puesto de acuerdo para crear una caja de dinero común. La primera cifra fue de 2.000 millones de pesetas, que debían servir para el tráfico de heroína. El dinero en billetes fue entregado a estos dos jefes mafiosos de la familia de los cuarentones, los cuales cayeron en la tentación de comerse el dinero alegando que lo habían perdido en una operación financiera. La respuesta fueron las ráfagas de Kalashnikov, la misma arma rusa con la cual fueron asesinados el general Dalla Chiesa y su esposa.
