Los mandos republicanos
En contadas ocasiones soy espectador de la televisión; sin embargo, el pasado domingo, día 12, por la tarde -circunstancias de gran audiencia-, tuve la mala ocurrencia de hacerlo. Entre otras cosas, salió en la pantalla un reportaje sobre Valentín González el Campesino, célebre por su actuación durante nuestra guerra, y todavía me encuentro entre irritado y apenado por la increíble entrevista.Despreciaría tal emisión y no me molestaría escribiendo esta carta si los que presenciaron tal engendro fueran conocedores de la transformación de unas milicias inexpertas y casi desarmadas en un Ejército fuerte y eficiente; algo realmente asombroso para los que lo vivimos día a día, en un esfuerzo dramático y heroico, que se consiguiera en tan pocos meses tan ingente resultado. Pero existen millones de españoles que, al escuchar las sandeces e incongruencias -propias de un viejo que chochea- de Valentín González, sacarán una consecuencia lógica: los mandos que componían el Ejército de la República eran unos ineptos, unos estúpidos analfabetos. Nada más lejos de la realidad. Casi tres años se resistió la práctica y la técnica de unas tropas profesionalizadas y que, además del apoyo en hombres y material de la Alemania nazi y la Italia fascista, tenían una superioridad abrumadora y constante en armamento.
El paranoico Valentín González jamás tuvo capacidad para dirigir unidades -pequeñas o grandes- de un Ejército regular; todo lo más que le concedo sería la de guerrillero. Al cabo de los años, todavía me estoy preguntando cómo pudo llegar a jefe de división. Compartí y sufrí los terribles combates de la batalla de Brunete y puedo asegurar que su actuación como táctico fue un tremendo desastre que costó muchas víctimas y, quizá, la causa del fracaso de la operación. Modesto, jefe del 59 Cuerpo de Ejército, debió destituirle fulminantemente, y sé que no lo hizo por presiones políticas de un determinado partido. Líster, mucho más expeditivo, tuvo que efectuarlo en la operación del Ebro por manifiesta incapacidad ante el enemigo.
Para finalizar, tengo que denunciar a TVE por llevar a cabo ese reportaje, aprovechándose de un anciano que no está en sus cabales. ¡Si hasta la entrevistadora no podía reprimir una sonrisa guasona cuando recibía absurdas respuestas a sus intencionadas preguntas! La serie fotográfica, toda ella de una calidad ínfima. El que salió de apologista de la figura de El Campesino expuso una sarta de embustes que nadie que le conozca se los traga. Aparte de otros objetivos -estamos en período electoral- que la dirección de TVE ha querido llevar a cabo con este esperpento (¿ha sido una herencia de Robles Piquer, señor Nasarre, o es que es usted el padre de la criatura?, de una manera o de otra, la responsabilidad es suya, como director general); lo que no hay duda es que ha conseguido dos: tomar el pelo a la gente desconocedora de la historia tremenda de aquellos años y ultrajar a los que tuvimos el honor de pertenecer al Ejército Popular Regular de la República española, y, sobre todo, a los que dieron su vida en los frentes combatiendo a los sublevados contra la legalidad vigente. /
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