Síndrome financiero en el imperio Solís
Los problemas cooperativos de Jaén pueden desplazar a Domingo Solís de sus dominios, acumulados en pleno franquismo
El envío de interventores del. Banco de España a la Caja Rural de Jaén, efectuado el pasado miércoles y cuyo conocimiento público ha provocado retiradas de algunos cientos de millones de pesetas en depósitos, sobre todo en la provincia, ha sido acompañado de otras dos decisiones: abrir expediente a la sociedad e incoar otros individuales a los miembros de los órganos de gobierno. Las normas vigentes prevén la posibilidad de que tal actuación termine en sanciones, que, en el caso de las personas, pueden llegar a la destitución, acompañada en su caso de inhabilitación para desempeñar cargos similares. En el caso de Solís, entrañaría su cese en los cargos de ámbito nacional.El Banco emisor dice haber adoptado esta medida al ver que fueron desoídos sus requerimientos anteriores para que la Caja Rural de Jaén bajara el nivel de riesgos con la Unión Territorial de Cooperativas de la provincia (Uteco), presidida también por Domingo Solís, quien tras el fracaso de su aventura electoral de 1977 parece, resistirse a apoyar a AP o UCD. Ahora trata de evitar nuevos apoyos y de que haya planes racionales para aproximar el límite de endeudamiento al tope del 5% sobre recursos propios y ajenos no procedentes de entidades de crédito. En la práctica, ese máximo es de unos seiscientos millones de pesetas, salvo autorización expresa, que en la mayoría de las cajas suele ser frecuente en época de campaña. Sin embargo, las fuentes consultadas indican que la deuda supera realmente los 12.200 millones sumados entre los 1.117 millones de capital y reservas y los 11.000 de depósitos de clientes.
Para directivos de las cajas rurales, tal exceso resulta explicable por la fuerte acumulación de existencias almacenadas, principalmente de aceite, que ha tenido que financiar Uteco en la Caja. De noviembre a febrero, durante la recolección, la Caja adelanta a las cooperativas unos 8,5 millones de jornales (cerca de 12.000 millones de pesetas), y cuando recibe el dinero lo destina a cubrir los almacenajes (desfase entre los pagos a cooperativas por el producto e ingresos por ventas). Sólo en aceite, y cuando se avecina una excelente campaña, superan las 60.000 toneladas, lo que genera necesidades del orden de 20.000 millones de pesetas. Tres factores han influido en tal acumulación: la retracción de las exportaciones, por el síndrome tóxico, una deficiente gestión y la caída del consumo nacional desde 1974 por la política de grasas.
En otras ocasiones, Uteco recurría a diversas entidades de crédito, tanto nacionales como extranjeras, aunque le costara más el dinero necesario. Un informe presentado por la Unión a bancos extranjeros indicaba que, a finales del pasado año, debía a la Caja algo menos de 7.000 millones de pesetas. Por entonces, algunos medios estimaban las deudas totales de la organización cooperativa en algo más de 20.000 millones de pesetas.
Sin explicar razones, las autoridades monetarias negaron autorización a Uteco en los últimos meses para un préstamo ya concertado con un grupo de bancos extranjeros, según fuentes de las cajas rurales. Ello precipitó nuevos apoyos de la Caja Rural de Jaén a la Unión y agravó sus problemas financieros. Según otros medios, ya en 1981 los gastos financieros por intereses y descuentos ascendieron a 1.500 millones de pesetas, cifra superior a la destinada a salarios para sus 5.600 trabajadores fijos y eventuales.
El fenómeno se explica por el funcionamiento de la organización cooperativa, que vende al año unos 42.000 millones de pesetas. Si a dicha cifra se le descuenta el valor añadido por la transformación o almacenamiento de productos, se obtendría el valor de las producciones pagadas a los más de 110.000 miembros de las 158 cooperativas locales de la provincia.
La organización se apoya en tres pilares cooperativos: Uteco, fundada en 1950 y encargada de la comercialización; la Caja, que data de 1957 y es el brazo financiero, y la Cooperativa Provincial Agrícola, nacida en 1960 y propietaria de diversas industrias y explotaciones.
Surgidas las primeras cooperativas al amparo de la ley de sindicatos agrícolas de 1902, recibieron un fuerte impulso por la paternalista y corporativista ley de cooperativas de 1942. La de 1974 no cambia sustancialmente la regulación, aunque prevé ya el fenómeno de las cooperativas de crédito, una de cuyas ramas principales son las cajas rurales (casi medio billón en recursos). El cada vez mayor parecido de las operaciones de éstas con las cajas de ahorro y la banca lleva a las autoridades a tratar de implantar en ellas similares controles y, posteriormente (el último intento data de finales de 1978, por parte del entonces vicepresidente económico Abril Martorell), a tratar de democratizarlas. Por el decreto promulgado aquel año, se fija el mencionado tope del 5%, antes inexistente en la práctica.
Intervención de Uteco
Por el paralelismo entre Uteco y Caja de Jaén, así como por las denuncias de presuntas irregularidades y falsificaciones de datos (véase EL PAIS de 1 de agosto pasado), el Banco de España ha puesto de relieve la necesidad de que el Ministerio de Trabajo, a quien la ley de cooperativas encomienda la vigilancia de las utecos, intervenga la jiennense. Según la autoridad monetaria, existen precedentes. No obstante, Domingo Solís y sus colaboradores mantienen que la competencia se refiere sólo al mantenimiento de la actividad social. El caso es que hasta ahora no ha habido inspecciones y la intervención no se ha realizado.
Según expertos en cooperativas, la evolución del crédito rural, que hoy cubre la tercera parte de las necesidades del campo, ha sido muy inferior a la de la industria. Pero, por lo general, todas las cajas dedicadas a su finalidad -financiar al sector primario- son solventes. Los problemas, como en Jaén, han surgido al apoyar proyectos nacidos de compromisos políticos o que no han guardado el principio de economicidad, por el entramado piramidal de las cooperativas.
La decisión del Banco de España ha parecido corta al PSOE (42% de los votos en las elecciones de 1979) y fuerzas políticas y sindicales de izquierda, que mantienen la necesidad de las cooperativas, pero democratizando sus órganos rectores. Las consejerías de Economía y Agricultura de la Junta de Andalucía, informa desde Sevilla José Aguilar, han solicitado al Gobierno la intervención paralela de la Uteco de Jaén; le responsabilizan de no haber corregido la gestión irregular de la Caja y la Uteco durante los últimos años, y piden la adquisición por parte del FORPPA de las existencias de aceite, así como la creación de un Fondo de Garantía de Depósitos. También ha pedido responsabilidades, en carta al ministro de Economía, la Federación de Banca de UGT.
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