Trece años en el poder
A fines de la década de los sesenta, tras las elecciones federales del 28 de septiembre de 1969, socialdemócratas (SPD) y liberales (FDP) decidieron formar una coalición que puso fin a los veinte años de dominación democristiana en la República Federal de Alemania.Los artífices de la coalición fueron el presidente del SPD, Willy Brandt, que pasó a ocupar la Cancillería federal, y el del FDP, Walter Scheel, nuevo vicecanciller y ministro de Asuntos Exteriores.
Reformas liberalizadoras
La coalición social-liberal inició un cambio en la vida política de la República Federal de Alemania. Marcada bajo el lema de Willy Brandt: "Vamos a intentar una mayor democratización", la coalición puso en marcha una serie de reformas liberalizadoras en el interior del país e inició la ostpolitik, que liquidó parte de los problemas pendientes en las relaciones entre la República Federal de Alemnia y los países del este de Europa.
Bonn normalizó sus relaciones con Polonia y la Unión Soviética, solucionó las crisis en tomo a Berlín oeste y llegó a un cierto entendimiento con la otra Alemania, la República Democrática Alemana. La ostpolitik provocó la división del partido liberal y la fuga de varios diputados socialdemócratas, que se pasaron a los democristianos. La oposición democristiana intenté, por primera y hasta ahora única ocasión en la historia de la República Federal de Alemania, derribar al canciller Willy Brandt, pero en la votación secreta en el. Bundestag al candidato democristiano Rainer Barzel le fallaron dos votos.
Una ola de simpatía popular apoya a Brandt y su programa reformista. Pero la falta de mayoría parlamentaria provoca una disolución anticipada del Bundestag. En las nuevas elecciones, 19 de noviembre de 1972, el SPD consigue por primera vez, con un 45,8%, ser el partido más votado. La coalición social-liberal sale fortalecida y cuenta con una cómoda mayoría.
El fin de Willy Brandt
La primera crisis del petróleo, en 1973, y unas subidas salariales superiores al 10% provocaron una crisis económica con aumento de, la inflación y del paro. El canciller Brandt empezó a sufrir un rápido desgaste y el SPD perdió importantes porcentajes en varias elecciones a parlamentos regionales.
El caso del espía Guillaume dio el golpe definitivo a Willy Brandt, que renunció a la Cancillería el 6 de mayo de 1974. Días más tarde, el ministro de Asuntos Exteriores, Walter Scheel, fue elegido nuevo presidente federal. La coalición social-liberal continuó con dos nuevos líderes, el socialdemócrata Helmut Schmidt, en la Cancillería, y el liberal Hans Dietrich Genscher, en el Ministerio de Asuntos Exteriores.
A la época de grandes proyectos y reformas de Brandt le sucedió una etapa de política pragmática y de dificil administración en tiempos de crisis económica, que caracterizó los gobiernos de Schmidt y Genscher. Contra la CDU y CSU, de Helmut Kohl y el bávaro Franz Josef Strauss, la coalición social-liberal ganó las elecciones del 3 de octubre de 1976, pero los democristianos lograron el enorme porcentaje de 48,6%. Los últimos años de la década de los setenta están marcados por la amenaza terrorista, que con varias acciones espectaculares da un giro hacia la derecha a la política de la coalición de gobierno.
El crecimiento económico se estanca hasta llegar al punto que está en la base de la política económica reformista de la coalición: repartir más justamente los incrementos conseguidos en la renta nacional. Socialdemócratas y liberales pasan a afrontar una situación insalvable a la hora de repartir las cargas de la crisis entre sus respectivas clientelas políticas. Trabajadores por cuenta ajena (SPD) y propietarios y profesionales libres (FDP).
1980, un triunfo insuficiente
La candidatura del democristiano Strauss, bestia negra de socialdemócratas y liberales, permite a SPD y FDP superar las contradicciones y ganar juntos las elecciones de octubre de 1980, pero la coalición sólo resistió poco menos de dos años, hasta ayer.
La política falta de atractivos realizada por la coalición en una época de crisis económica, la pérdida del impulso reformista y la postura favorable al rearme atómico dentro de la Alianza Atlántica (OTAN) dividen al partido socialdemócrata y llevan a amplios sectores jóvenes de la República Federal de Alemania a integrarse en los grupos radicales y ecologistas agrupados bajo la etiqueta de los verdes. El SPD pierde votos y, al mismo tiempo, entra en una crisis de identidad.
La respuesta liberal ante la crisis se aproxima cada vez más a los modelos de política conservadora aplicada en Estados Unidos y el Reino Unido. El documento del ministro de Economía sobre la superación de la crisis suponía un desmantelamiento de las conquistas sociales de los últimos años y habría quitado al SPD la última y más sólida base de apoyo, los sindicatos. Una situación inaceptable para los socialdemócratas y el fin de trece años de coalición social-liberal, que en los setenta cambió la cara de la República Federal de Alemania.
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