Los liberales
He tenido un café de redacción con Antonio Garrigues Walker. Yo, mi mesa de redacción la tengo en una mesa de Teide, en la terraza de Recoletos, y aquí se ha venido Antonio con el Diario 16 recién comprado.-Este país ya tiene una izquierda moderada, Paco, y ahora necesitamos una derecha moderada.
-¿La vas a moderar tú?
-Hay que moderar el Estado. El Estado no debe hacer fábricas, porque no sabe. El Estado no sabe crear riqueza. De ahí la libertad de mercado.
-El Estado, más que levantar fábricas, como bien dices, yo creo que debe mejorar los servicios. Ortega decía que el Estado es el guardia que nos pone la multa y yo creo que el Estado, hoy, son los servicios. Después de todo, Antonio, y desde Lefebvre, lo que diferencia España de los países europeos que admiramos son los servicios. Que no pueda producirse un Piramidón, otro, es lo que todos queremos.
-Habrá mejores servicios con más riqueza.
-En los países modelo de vuestro liberalismo económico, como USA, el Estado es intervencionista a tope.
-Nuestro liberalismo no es sólo un economicismo. Es una culturli, un entendimiento del mundo y la sociedad.
-¿Te hubieras coaligado con Fraga?
-Sólo en bloque electorál, en paquete político.
-Un error.
-Haber traído a Fieldman.
-¿Crees en el liberalismo?
-Profunda y ampliamente. Lo que pasa es que quizá yo no soy la persona adecuada para representarlo en Esparla.
-La gente, ajena ya a las luchas de ricos y políticos, sólo quiere ser sencillamente feliz en su privacidad, y eso quien puede dárselo es un Estado o una sociedad sometida al correctivo socialista.
-Mira, Paco, todas las nacionalizaciones qiae tenía que haber hecho Mitterra.nd, ya las había hecho Giscard.
-Claro, pero la cuestión está en el reparto de este botín estatal de las nacionalizaciones. Yo confio más en el rciparto/Mitterrand o Felipe, si les dejan. Tu integración en Fraga habría sido tu desaparición como liberal. En la economía, por un lado, el viejo liberalismo topa ya con la socialdemocracia. En permisividad, convivencia, tolerancia y denuncia, con el radicalismo. No sé qué os queda.
-Nuestro programa es:conseguir que frente a la televisión estatal haya una televisión privada. Que frente a la industria estatal haya una industria privada.
-Dime qué vendes, Antonio.
-Camisetas. Y ni siquiera las vendo. Las regalo.
(A todo el mundo le ofrece la que pone "Yo soy liberal", pero todo el mundo opta por la que pone "Yo voy por libre".)
-Por qué estás en la política.
-Porque hay que estar y ya no me voy a volver atrás.
-Rosa Luxemburgo, como bien sabes, Antonio, dijo que el liberalismo económico es "la zorra libre en el gallinero libre".
-Creo que quizá no hemos sabido vender el producto. La gente tiene un entendimiento exclusivamente economicista de nosotros. El liberalisrno es una concepción del mundo. No morirá.
-Ya. Pero la gente no sabe muy bien de qué estáis hablando. "Liberalismo" le suena decimonónico, o bien a guerra de ricos contra ricos.
-Sí. Llevamos todavía muy poco tiempo. Habrá que relanzar la idea.
Y en esto estábamos cuando Antonio se hizo soluble en Lavilla. Sobre la mesa queda, como rastro, un Diario 16 que el viento ya ha leído.
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