Médicos valientes
Esta carta es para dar apoyo moral a esos dos valientes médicos que, quizá arriesgando su carrera, no han tenido inconveniente en denunciar una situación que todos padecemos, pero que casi todos aceptamos calladamente.Al doctor Celemín tuve ocasión de conocerle, por una triste circunstancia personal, hace siete años, cuando formaba parte del equipo de cirugía cardiaca en el infantil de La Paz. Debo decir aquí que fue prácticamente el único que humanamente nos atendió a mi es poso y a mí cuando íbamos con mi hijo operado del corazón y prácticamente sin posibilidades de continuidad. Nos echó una mano moral, que para nosotros fue lo que realmente nos consoló, y atendió a mi hijo con cariño cuantas veces fuimos a solicitar su ayuda.
Ahora veo que, a pesar de haber transcurrido tanto tiempo, este doctor, y supongo que bastantes otros, no han querido ser absorbidos por la marea de la irresponsabilidad y de la comodidad que abunda entre la clase médica, y quisiera con esta carta tenderles mi mano, igual que ellos hacen cada día, para que si la leen sepan que no están solos. /
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