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LAS VENTAS

Puyazos que valen por diecisiete

Plaza de Las Ventas. 5 de septiembre.Toros de Núñez hermanos, con trapío y casta, varios cojos. Sexto, sobrero de Terrubias, bien presentado, que recibió mucho castigo.

Raúl Aranda. Pinchazo hondo, estocada -aviso- y dobla el toro (aplausos). Dos pinchazos y tres descabellos (palmas y saludos).

José Ibáñez. Estocada corta trasera (pitos). Media delantera atravesada, estocada corta atravesada, rueda de peones, dos descabellos -primer avíso-, cuatro descabellos -segundo aviso- y dos descabellos más (silencio).

Parrita. Dos pinchazos y estocada saliendo volteado (aplausos). Pinchazo tendido perdiendo la muleta y dos descabellos (silencio).

En el recuerdo, aquéllos toros históricos que recibían diecisiete varas o cuarenta. ¿Cómo serían aquellos toros, nos preguntamos muchas veces la afición y aquí, para soportar tanto castigo y continuar la lidia sin caerse?. Por lo que vemos en la plaza de Madrid, serían, más o menos, como los de ayer y tantos días: toros de trapío y cuajo, bien criados. La diferencia notable no debía estar en el toro, sino en el caballo, en el peto y. en la forma de hacer la suerte. Uno sólo de los tres puyazos que recibió el segundo Núfiez de ayer mientras empujaba inúti.linente la muralla del peto, equivalía a diecisiete, y lo mismo otro de los que le administró Canales al precioso ejemplar de Terrubias.

Sobre que la Tayor parte de los toros salen cojos, o quizá fumados, les pegan diecisiete puyazos en uno; así. cualquiera. Ese Núñez segundo fue un toro interesantísimo, de casta, que se crecía al castigo, embestía con fiereza en todos los tercios, impuso la ley de su agresividad y murió en los medios, prácticameñte de pie. José Ibáñez no pudo con él. José Ibáñez es el torero que estuvo en huelga de hambre para que le contrataran, y en esta su deseada reaparición en Las Ventas se le apreció afligido y desganado. Quizá sea por causa del desentrenamiento, lógico en quien apenas "ve un pitón", como dlcen en la jerga, y en quien no ha llenado el buche durante semanas, que es cosa insana.

Ibáñez fracasó a pesar de sus esfuerzos

Igualmente derrotado salió a medirse con el quinto, un comalón de respeto, pero cuando ya llevaba unos cuantos muletazos de compromiso debió apreciar que el toro le iba noble y se paró para ejecutar unos naturales lar gos, que carecieron de ligazón porque las embestidas no eran repetitivas y el Núñez le miraba por encima de las astas. El público agradeció a Ibáñez su esfuerzo, pero se enfadó pronto porque el.torero mató ni y se puso pesadísimo con el descabello. Seguramente Ibáñez estará mejor cuando vuelva con más seguridad en sí mismo y se regale a diario con paellas, merluzas a la koskera y solomillos.

Era la tarde de las oportunidades, o de la repesca de toreros que cayeron en un bache y ahí se quedaron. Raúl Aranda está en el caso. Se trata de uno de los diestros que mejor ejecutai¡ las suertes fundamentales y ayer exhibió unos bonitos apuntes de su maestría, primero en los lances a la verónica, luego en la brega, finalmente en pases de muleta ejecutados con la pureza que exigirían los ortodoxos más estrictos. Pasó de faena a su primero, que era otro toro encastado, y se jugó el tipo frente a la bronca media arrancada del cuarto. En cambio, Parrita, otro de los repescados, "largaba tela" en las verónicas, se inhibió de la lidia, hizo una faenita superficial y reiterativa al noble tercero, permitió que destrozaran en varas al sexto un cárdeno de trapío, precioso de estampa, guapo de cara y, destrozado que fue el barbián, no tuvo más remedio que aliñarlo, lo cual era, a la vez, necesidad y coartada. Uno se pregunta si muchos de los diestros que piden una oportunidad quieren, de verdad, ser toreros

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