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Temor a que cunda el ejemplo mexicano en el Tercer Mundo

El anuncio de la nacionalización de la banca privada mexicana por el presidente López Portillo, como instrumento del control global de cambios, ha causado una fuerte expectación nacional e internacional. En México, Gobierno y oposición han considerado la medida tan importante como la nacionalización del petróleo, decidida en marzo de 1938 por el general Cárdenas. En el exterior, las interpretaciones destacan la posibilidad de que cunda el ejemplo en otros países del Tercer Mundo, todavía más agobiados por sus crecientes problemas financieros.Mientras los dirigentes empresariales han coincidido en pedir un referéndum nacional para una medida de tal naturaleza y en desmentir que vaya a contribuir a la recuperación económica, portavoces del partido en el poder y de los principales grupos de centro e izquierda han dado muestras de apoyo. Las declaraciones tienden a tranquilizar a los ahorradores para que el lunes próximo no acudan a retirar su dinero, cuando abran de nuevo los bancos. Los comunistas y organizaciones independientes del Partido Revolucionario Institucional han convocado para hoy una gran manifestación de apoyo, a la que podría unirse la Confederación de Trabajadores Mexicanos.

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Durante los últimos meses México ha sido un claro exponente de la bancarrota que amenaza cada día a mayor número de países en vías de desarrollo, paliada en este caso por las abundantes reservas de petróleo. En síntesis, los factores dominantes de esta escena son el alza de los tipos de interés y la influencia de la desaceleración de la producción y el comercio mundial, en los precios de las materias primas exportadas por dichos países, donde el aumento de la renta apenas da ya para compensar sus elevadas tasas demográficas, como explicaba hace una semana el informe del Fondo Monetario Internacional.

La consiguiente expansión de la deuda externa mexicana, que ha alcanzado este verano los 76.000 millones de dólares (cerca de diez billones de pesetas, el doble que la española), fue encarecida por las dos devaluaciones del peso durante el último año. Entre tanto, y mientras el pasado 26 de abril se ponía en marcha un programa de austeridad y el 5 de agosto se instauraba la doble tasa de cambio, la especulación y la fuga de capitales a países más seguros o rentables (se habla de de 60.000 millones de dólares en un año) aumentaba los problemas económicos.

Cuando el presidente mexicano anunció anteayer por sorpresa el control global de cambios y la nacionalización de la banca, el mundo financiero orientaba su mirada a países como Brasil o Venezuela, que pueden seguir a Argentina y Cuba en sus peticiones de renegociación de deuda. La conmoción de la noticia se reflejó, por ejemplo, en una reunión urgente del Gobierno venezolano, mientras la Prensa de este país recogía especulaciones sobre el riesgo de golpe de Estado en México.

El diario francés Le Monde hablaba ayer de "precedente para el Tercer Mundo" en el rechazo a las soluciones imaginadas por Estados Unidos y las instituciones internacionales que controlan.

En medios financieros españoles la noticia ha sido recibida con preocupación. Rafael Termes, presidente de la Asociación Española de Banca Privada, declaró ayer a Efe que lamentaba esta decisión, sobre todo, pensando en, los accionistas y en los gerentes de los bancos nacionalizados". En el mismo sentido se expresaron algunos directivos de bancos españoles consultados por esta agencia, indicando que hay otros medios para hacer cumplir la legislación, al margen de una nacionalización.

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