Deng Xiaoping confirma su próxima retirada al inaugurar el congreso de los comunistas chinos

El vicepresidente del Partido Comunista chino, Deng Xiaoping, el hombre que ha dominado la China posmaoísta, abrió ayer en Pekín el duodécimo Congreso del PCCh con un llamamiento a la intensificación de los esfuerzos de reconstrucción económica, a la reunificación de Taiwan al continente y a la lucha contra el hegemonismo.

En un discurso que podría ser una de sus últimas intervenciones importantes, Deng, de 78 años de edad, se ha referido por primera vez explícitamente a su sucesión en la dirección de China, que debe ser confiada al actual presidente del partido, Hu Yaobang, de 67 años, y a Zhao Ziyang, de 63. Ha reafirmado también, ante 1.600 delegados, que se mantendrá la política de apertura al exterior, de la que él mismo ha sido promotor, pero insistió en la adhesión al socialismo y la voluntad de independencia de China, rechazando la introducción del "modo de vida burgués". Deng negó toda imitación "mecánica" de los modelos occidentales, y aseguró que "resistiremos firmemente a la corrosión de las ideas decadentes del extranjero"."Ningún país extranjero puede esperar situar a China en una situación de vasallaje", declaró en su discurso el vicepresidente chino. "Ningún país extranjero puede esperar que China avale un fruto amargo por atención a sus intereses", afirmó.

La expresión "fruto amargo" ha sido constantemente utilizada por China en las críticas formuladas contra Estados Unidos, al que acusa de injerencia en los asuntos internos y de ayudar militarmente a Taiwan, la isla bajo control del régimen nacionalista del Kuomintang, rival de Pekín. Deng se ha referido a Taiwan como uno de los principales objetivos del régimen para el decenio en curso.

Ha hecho igualmente hincapié sobre la necesidad de combatir el hegemonismo -una expresión con la que los dirigentes chinos se refieren habitualmente a la Unión Soviética.

Sobre las reformas en el seno del PCCh, Deng ha asegurado que "nuestro partido se beneficiará de una política dirigida netamente hacia la modernización socialista". Ha señalado la necesidad de dar prioridad al desarrollo de la economía.

En su informe, Hu Yaobang ha criticado, por su parte, la actuación del régimen durante la revolución cultural (1966-76). Hu ha reprochado al último congreso del partido, reunido en agosto de 1977 bajo la dirección de Hua Guofeng, el hombre a quien Mao eligió como su sucesor, el no haber eliminado, suficientemente la línea izquierdista de la revolución cultural.

Eliminada la agitación social

El hombre llamado a continuar la labor de Deng añadió que a partir de 1978 ha sido eliminada "la agitación social" y que el retorno a la estabilidad y a la unidad en los últimos años había hecho del período actual "uno de los mejores desde la fundación de la República Popular" en 1948.Hu se ha referido a las campaña de críticas contra "el liberalismo burgués", es decir contra los partidarios que defienden una liberalización del régimen.

El presidente del PCCh exaltó "la gran obra de reunificación de la madre patria", para asociar no solamente a los "compatriotas" de Taiwan, sino también a los de Hong Kong y Macao (colonias británica y portuguesa, respectivamente).

La reunión del Congreso del partido comunista debe cerrarse dentro de nueve días con una reorganización de la dirección china, colocando a Deng en algún puesto de semirretirada y, confirmando la ascensión de sus dos máximos aliados, Hu y Zhao, quienes se harán cargo de la secretaría general, una vez desaparecido el puesto de presidente del PCCh.

Deng, que ha orientado China por una vía pragmática, en oposición al régimen izquierdista de la revolución cultural, que acabó en 1976 con la muerte de Mao Zedong, debe renunciar a su cargo de vicepresidente del partido para asumir la presidencia de un organismo a crear, la Comisión Central de Consejeros del partido.

Los principales puntos del orden del día del duodécimo Congreso, ha enumerado Deng Xiaoping, son:

- Examen del informe del undécimo Comité Central y adopción de un programa destinado a favorecer "una nueva situación en todos los órdenes de la modernización socialista".

- Adopción de nuevos estatutos del partido.

- Elección de un nuevo Comité Central, nueva Comisión para la Inspección de la Disciplina, y creación de una Comisión Central de Consejeros.