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ANDALUCIA

Atraco de 30 millones en un banco de la localidad granadina de Huéscar

Más de treinta millones de pesetas consiguieron llevarse dos individuos, el martes por la tarde, de una sucursal de la Caja General de Ahorros de Granada en la localidad de Huéscar, situada en el extremo nordeste de la provincia, a 160 kilómetros de la capital. El atraco fue realizado a cara descubierta y es el más importante que se ha perpetrado desde hace muchos años en una oficina bancaria de Granada, donde sólo en agosto se produjeron otros cuatro.

Los hechos ocurrieron minutos antes de la hora de cierre del establecimiento, hacia las 14.50 horas del martes, cuando hacía rato que la oficina había sido abandonada por los últimos clientes y sus cuatro empleados procedían a cerrar las cuentas del día.Aprovechando que la puerta de acceso no había sido bloqueada, los dos atracadores penetraron en el local, amenazando a los empleados con una pistola, al parecer del calibre nueve corto, y advirtiendo con el ya clásico "¡Esto es un atraco!". Tras preguntar quién era el director de la sucursal, uno de los asaltantes le colocó la pistola en el pecho y le obligó a que abriera la caja fuerte, que desvalijaron casi completamente. La cantidad robada ha sido estimada en más de treinta millones de pesetas. Los atracadores dejaron otros cinco por no caberles ya en el macuto donde lo guardaban.

A continuación, los atracadores obligaron a los cuatro empleados a introducirse en los lavabos de la oficina, donde les dejaron encerrados tras advertirles que habían instalado en una de las puertas del local un artefacto explosivo que estallaría en pocos minutos. Después, los ladrones abandonaron la Caja de Ahorros con el macuto a cuestas y caminaron normalmente por la calle, en busca de un automóvil que sin duda les esperaba en algún lugar del pueblo.

Mientras tanto, los empleados de la oficina, después de esperar durante más de un cuarto de hora la anunciada explosión, sin que ésta se produjese, salieron de los lavabos y comprobaron que no había tal bomba. Aunque el director avisó por teléfono en ese momento a la Guardia Civil de la localidad y ésta puso inmediatamente en marcha sus mecanismos de búsqueda, los delincuentes habían ya desaparecido de Huéscar y no se pudo encontrar su rastro.

Se da la circunstancia de que la sucursal atracada no tiene conexión de alarma con la policía ni guarda jurado propio. El hecho de que en la caja fuerte hubiera tanto dinero en metálico se debe a que la oficina de Huéscar funciona como centro de distribución de fondos para las otras sucursales de las Cajas de Ahorro de Granada en la comarca.

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