Espectacular descenso en los índices de las bolsas españolas después de publicarse el decreto de disolución de las Cortes
Las bolsas españolas han recibido con bajas importantes el decreto de disolución de las Cortes y la convocatoria de nuevas elecciones. En su primer día hábil tras la publicación del mencionado decreto, los índices generales de los cuatro mercados de valores nacionalesexperimentaron unas pérdidas que han oscilado desde los 2,25 puntos del indicador del mercado madrileño hasta los 3,13 que dejaba el índice de la bolsa catalana. La ausencia, prácticamente total, de órdenes compradoras, y un acentuado nerviosismo entre los inversores han sido las causas de esta importante baja.
Las profundidad y lo inesperado de esta baja bursátil, junto con su proximidad a la publicación del decreto de disolución de las Cámaras, ha hecho que los comentarios de quienes asisten diariamente al desarrollo de las sesiones de los mercados de valores, apuntasen la posibilidad de que el temor entre los inversores respecto a un triunfo del PSOE en los próximos comicios constituya la auténtica y última justificación de las actuales pérdidas. Sin embargo, la lejanía en el tiempo de la convocatoria a las, urnas, y la misma forma en que se ha acelerado el proceso bajista, hacen que esta hipótesis resulte poco fiable.La causa fundamental de las bajas que se produjeron ayer en las bolsas españolas fue la mínima comparecencia de compradores. Desde el mismo momento en que se inició la contratación de títulos, quedó claro que los inversores no tenían la menor intención de demandar títulos de renta variable de ninguna sociedad.
Fueron precisamente las acciones bancarias, y más concretamente las de los siete grandes, las que al superar la astronómica cifra de 640.000 acciones a la venta, pusieron el mercado contra las cuerdas.
Títulos en busca de comprador
Este importante volúmen de títulos en busca de comprador se generó, en su mayor parte, dentro de las propias salas de contratación, sin que las órdenes de los inversores individuales pasasen de tener una incidencia testimonial. Curiosamente, Banesto y el Banco de Santander, cuyos presidentes no se han reunido con Felipe González en el último turno de encuentros del líder socialista con los máximos representantes de los grandes bancos, han sido las dos entidades que presentaban un mayor número de acciones a la venta, 239.306 títulos en el caso de Banesto y 163.294 en la entidad cántabra, que eran los mudos testigos del temporal vendedor. Es muy posible que los vendedores, a la vista de las dificultades con que se podrían topar para realizar sus deseos, hayan cursado sus órdenes por cantidades de títulos superiores a las que realmente tenían. Es cierto también que los bancos cuyas acciones tienen un menor valor nominal son Banesto y Santander ya que el precios de las acciones del primero es la mitad que la del resto de sus compañeros, y las del Santander, un 66% menor. También hay que considerar que Banesto está realizando una ampliación de capital y que por ello puede recibir un mayor numero de órdenes vendedoras. Pero, en cualquier caso, sus saldos de ventas doblan a los de la práctica totalidad de sus compañeros.
Para Manuel de la Concha y Pedro Domínguez, síndicos de las Bolsas de Madrid y Barcelona, respectivamente, el desconocimiento de los programas económicos de las distintas formaciones políticas que concurrirán a las próximas elecciones, aporta un importante grado de incertidumbre a los inversores, quienes canalizan sus fondos hacia modalidades con menos riesgo que los títulos de renta variable.
Por su parte, Joaquín Almunia, coordinador del equipo económico del PSOE, ha manifestado que le parece lógico que los mercados de valores en vísperas electorales experimentasen unos breves retrocesos como consecuencia de las incertidumbres que cualquier convocatoria de elecciones generales plantea. Sin embargo, insistió que en el programa socialista no se contempla en ningún momento la posibilidad de nacionalizar 'el sector bancario ni las empresas eléctricas, aunque en el caso de estas se pretenda que la red de distribución de la alta tensión pase al control del Estado, para conseguir unos mayores niveles de eficiencia y economía.
Para el dirigente socialista, su partido tiene gran interés en conseguir que las empresas españolas aumenten sus niveles de autofinanciación, y eso sólo se consigue mediante el destino de una parte del beneficio a consolidar la situación patrimonial, y mediante la aportación de nuevos fondos a través de la emisión de nuevas acciones. En este sentido, señaló que su partido estaría encantado de que las empresas consiguieran un relanzamiento, y por la vía de los dividendos, los accionistas pudieran reponerse de las pérdidas sufridas en años anteriores.
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