En 1995 la población activa será más del 65% de los españoles

La población española potencialmente activa crecerá considerablemente en los próximos quince años, lo que supondrá un reto para la futura oferta de empleo, según un estudio del Instituto Nacional de Estadística (INE), que recoge Europa Press.Actualmente, el 25,7% de la población española tiene menos de quince años, el 10,9% pasa de los 64, y el 63,4% es población potencialmente activa. Pero según los datos de INE la estructura de la población cambiará en los próximos quince años. Descenderá el número de jóvenes, a causa del decrecimiento progresivo de las tasas de natalidad; aumentará el número de ancianos y jubilados, por llegar a los 65 años o más las generaciones numerosas nacidas entre los años 1920 y 1930, y se incrementará la población activa en 3,5 millones de personas.

Las previsiones del Instituto Nacional de Estadística para 1995 sitúan en más de 26 millones de personas la cifra de población potencialmente activa, lo que representará un 65,5% de la población total española. Habrá más de ocho millones de personas menores de quince años, que supondrán el 21,6% del total, y los jubilados y ancianos -más de cinco millones- representarán el 12,9% del total.

Disminución de la población dependiente

Cuando falten cinco años para el año 2.000, la población española económicamente dependiente, que incluye niños, jubilados y ancianos, disminuirá con respecto a la población activa. Sin embargo, el INE señala que de 1995 en adelante el crecimiento de la población dará paso a una tendencia al envejecimiento, con un aumento progresivo de los jubilados, una disminución del sector activo y una falta de jóvenes que tomen el relevo, debido al recorte que está sufriendo en los últimos años la tasa de crecimiento natural.Dada la tendencia actual al descenso de la tasa de natalidad, se prevé que hacia 1995 nazcan en España 1.381 niños por cada 100.000 habitantes, frente a los 1.616 niños nacidos en 1979. Para entonces, España se situará al mismo nivel que tienen actualmente naciones como Francia, donde las autoridades han mostrado ya su alarma por el envejecimiento progresivo de la población.