Solidaridad llama al pueblo polaco a la resistencia contra el régimen militar
La dirección clandestina del sindicato independiente polaco Solidaridad ha pedido a los soldados y a la población civil que organicen un movimiento de resistencia" contra el régimen del general Wojciech Jaruzelski.En su llamamiento, publicado en el boletín clandestino Tygodnik Mazowsze, la comisión nacional provisional del sindicato pide que se constituya una "sociedad clandestina" que cortocircuite la actual Administración del Estado.
La situación corre el riesgo de agravarse en los próximos días a raíz de los llamamientos de Solidaridad para que se conmemoren con manifestaciones y huelgas los acontecimientos históricos de los próximos días 16 y 31, que corresponden, respectivamente, al inicio de las huelgas en Gdansk, en 1980, y a la firma de los acuerdos entre obreros y autoridades.
La dirección clandestina de la organización, de Lech Walesa reprocha a los militares "haber rechazado todas las propuestas a favor del entendimiento nacional" ofrecidas por la Iglesia y Solidaridad.
Su llamamiento añade que, en consecuencia, "es necesario preparar a la población para una amplia lucha", pues "todas -las promesas del poder tieneri como único objetivo el ganar tiempo".
La dirección sindical propone a la población "organizarse en una sociedad clandestina", con pequeños grupos de acción en las fábricas y los barrios. La tarea de la mencionada sociedad sería "oponerse a las organizaciones dependientes del poder" y "boicotear los medios de información y propaganda oficiales", así como "denunciar públicamente a quienes colaboran con el régimen". La "sociedad clandestina" ayudaría económicamente a quienes carecen de trabajo por motivos políticos, imprimirá y difundirá los boletines clandestinos y constituirá "universidades volantes" para paliar las lagunas de la enseñanza oficial.
Los dirigentes sindicales clandestinos explicaron que el poder "tiene su última oportunidad" de conseguir el entendimiento nacional, iniciando conversaciones inmediatas con representantes de Solidaridad, la Iglesia y la sociedad. De la misma manera, rechazan el proyecto gubermanental de reintroducir a la autogestión en las empresas por considerarlo un "espejismo de consulta social".
La posibilidad de un nuevo y abierto enfrentamiento entre el régimen y la sociedad polaca provoca en las autoridades el deseo de atajar, por todos los medios, una explosión popular.
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