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El dólar cotizo ayer a un cambio medio de 114,40 pesetas

El Banco de España señaló ayer un cambio medio del dólar (fixing oficial) de 114,409 pesetas frente a 113,302 pesetas del pasado viernes. Entre estas dos sesiones la peseta ha perdido un 0,98% adicional con respecto a la divisa americana. A primeras horas de la mañana de ayer el dólar se cotizó en Madrid a 114,60 pesetas. Especialistas cosultados por Comtelsa no descartan la posibilidad de que en esta misma semana se llegue a un cambio de 115 pesetas por dólar.Pero los signos más pesimistas del comienzo de esta semana han correspondido a la economía alemana, ya que el marco se situaba, nada más comenzar la mañana, en su punto más bajo frente al dólar a lo largo de los últimos doce meses: 2,5625 marcos por dólar, antes de que los bancos abrieran oficialmente sus ventanillas de cambio. Esta situación podía verse ya el viernes a última hora, al cierre de los mercados americanos.

El factor desencadenante de la nueva estampida del dólar fue, según la opinión de los analistas financieros, el giro inesperado de las disponibilidades líquidas de Estados Unidos, que acusaban un aumento de novecientos millones de dólares para la semana del 28 de julio, cuando todo hacía pensar que se produciría una disminución de 2.000 millones como mínimo.

Tal movimiento desató las especulaciones en tomo a un estrechamiento en los márgenes de la política monetaria practicada por la reserva federal, y un avance incontenible del dólar, anticipándose a lo que se espera ya como inminente: un cambio de sentido en los tipos de interés, comenzando por los fondos federales.

Ciertamente, los comentarios de los especialistas, publicados durante el fin de semana, ya en los periódicos especializados, ya en los boletines semanales de las grandes entidades bancarias y financieras, no dejan mucho lugar para el optimismo.

Por ejemplo, el prestigioso economista Henry Kaufman, de la firma Solomon Brothers, apunta en su comentario semanal sobre el mercado de crédito, que las necesidades de financiación de la Administración de Estados Unidos difícilmente van a encontrar las fuentes necesarias.

Así, en las últimas subastas del Tesoro, dice Kaufman, las compras han venido del lado profesional básicamente, mientras que los inversores privados, así como los extranjeros, apenas si se han sentido atraídos por el papel oficial.

El aumento en la oferta monetaria se combina, además, con las últimas cifras de paro, con la presión estacional sobre la liquidez bancaria, con las expectativas desfavorables en relación con las ventas al por menor, y con un casi seguro descenso de la producción industrial. Inevitablemente, todo este conjunto negativo para la economía americana va a repercutir de un modo agobiante en los datos europeos. Por eso, los observadores temen que esta semana que hoy se inicia sea una de las peores conocidas en los últimos tiempos.

La apertura oficial de los mercados no ha hecho sino confirmar las impresiones más pesimistas, ya que tanto el marco como la peseta, el franco francés y el suizo, la libra esterlina y la lira italiana, se desplomaban estrepitosamente.

En los primeros cambios oficiales, el marco cedía más de 2,53 frente al dólar, la peseta se situaba en 114,60, el franco francés tenía que rebajarse hasta 7,05, dejando atrás su récord anterior, la libra esterlina traspasaba la teórica barrera de 1,70,dólares y caía a 1,69, la lira se situaba en casi 1.415 por dólar, y el yen japonés se acercaba a los 263 por dólar.

Entretanto, los precios del oro se deslizaban velozmente hacia abajo, y como consecuencia, al comenzar las operaciones en el mercado de Zurich -el más madrugador de los europeos- se marcaba un precio de 335 dólares por onza, lo que significaba una pérdida de once dólares onza.

En resumen, que las impresiones del lunes sólo permiten alimentar criterios pesimistas, teniendo en cuenta el impacto que estas orientaciones van a causar sobre el comercio exterior de los países que tienen que pagar sus importaciones en dólares, especialmente su factura petrolera.

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