Detenido por presunta vinculación a ETApm denuncia torturas
Mikel Navascués, hermano de Ibón Navascués, presidente de la comisión de derechos humanos del Parlamento vasco, ha denunciado formalmente haber sufrido torturas durante su estancia en la comandancia de la Guardia Civil de San Sebastián, el pasado 29 de julio. El denunciante, que dirige una pequeña empresa de distribución de materiales de artes gráficas, permaneció incomunicado bajo aplicación de la legislación antiterrorista por espacio de siete días, antes de que el juez de la Audiencia Nacional, en Madrid, decretara su puesta en libertad sin cargos el pasado día 4. La denuncia será asignada hoy mismo a cualquiera de los tres juzgados de instrucción de San Sebastián.La detención de Mikel Navascués la realizaron doce guardias civiles, en la madrugada del día 29, en su domicilio en San Sebastián. El detenido, que cuenta 44 años, está casado y tiene tres hijos, fue acusado, ya en la comandancia, de haber lanzado desde su propio vehículo y en compañía de una persona con barba, octavillas de propaganda contra la LOAPA firmadas por ETA Político-militar VIII Asamblea.
Los guardias civiles que llevaron a cabo los interrogatorios solicitaron al detenido, a quien acusaron de formar parte de ETApm VIII Asamblea, que indicara los nombres de sus enlaces en esa organización terrorista. Mikel Navascués, que negó pertenecer a ETA y haber participado en la distribución de la propaganda, fue sometido a continuación, según reza la denuncia, a sesiones de torturas y malos tratos. "Me colocaron una toalla y una capucha en la cabeza y después empezaron a llover golpes de todas partes. Como, a pesar de los golpes, yo seguía callado, ya que nada sabía y evidentemente nada podía decir, me hicieron lo que se conoce como la bañera".
El denunciante sostiene que fue atado, desnudo y envuelto en trapos, a una tabla que sumergieron repetidas veces en el agua, hasta situarlo al borde de la asfixia. "Para escapar de las torturas", afirma Mikel Navascués, "me inventé el nombre de un enlace en Andoain. Al descubrir que la pista era falsa me golpearon de nuevo, trasladándome a San Sebastián, donde recibí nuevos golpes antes de ser sometido a corrientes eléctricas por medio de electrodos que me aplicaron en todas las partes del cuerpo". El denunciante afirma que fue asimismo amenazado con la aplicación de torturas a su mujer y a uno de sus hijos, quienes le fueron mostrados a través de una ventanilla en la misma comandancia. Siguiendo la versión ofrecida en la denuncia, Mikel Navascués fue introducido, en medio de una crisis nerviosa, el mismo día 29, en un cuarto de dos metros de largo por uno de ancho, ocupado en su práctica totalidad por un catre en el que permaneció hasta el día 3 de este mes, cuando, encapuchado, fue trasladado a la Audiencia Nacional. El juez decretó su puesta en libertad sin cargos al día siguiente. Mikel Navascués ha declarado que durante el tiempo que permaneció encerrado en la habitación no fue objeto de malos tratos físicos, hecho que atribuye a las gestiones realizadas esos días por la Guardia Civil, que había comprobado la falsedad de su sospecha tras interrogar a un compañero de trabajo del detenido.
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