Estados Unidos y la Comunidad Económica Europea ponen fin a la 'guerra del acero'
La Comunidad Económica Europea (CEE) limitará durante los próximos tres años su penetración siderúrgica en el mercado de Estados Unidos a un 5,756%, según acordaron ayer en Washington representantes de la CEE y del Gobierno norteamericano. Con este acuerdo de principio, que se define como "paz siderúrgica", se pone fin a un problema que enfrentó a las dos comunidades desde hace varios meses. El acuerdo debe ser ahora ratificado por las más altas autoridades de la industria siderúrgica de ambas partes.
El 5,756% de participación de la industria siderúrgica comunitaria en Estados Unidos está a mitad de camino entre la obtenida en 1981 (6,3% del mercado total norteamericano) y el 5,2% de cuota de penetración que inicialmente reclamaba la Administración Reagan.El acuerdo a que llegaron ayer norteamericanos y representantes comunitarios cubre la mayoría de los productos siderúrgicos, excepto tubos y similares, y será de aplicación durante el período comprendido entre el próximo día 1 de octubre y el 31 de diciembre de 1985. El control de las exportaciones de acero europeas se realizará por un sistema de licencias válidas por tres meses extendidas por los Estados miembros de la Comunidad Económica Europea y por una comisión económica independiente.
En medios de Bruselas se considera poco probable que la cifra del 5,756% la haya negociado la Administración Reagan sin realizar consultas previas con los industriales del sector.
La compañía siderúrgica norteamericana más importante, la US Steel Corporation, rechazó ayer el acuerdo entre Estados Unidos y la CEE sobre las importaciones norteamericanas de aceros anunciado algunas horas antes por el Departamento de Comercio norteamericano.
David Roderick, presidente de la US Steel, declaró que el acuerdo "no es justo ni equitativo". Aceptar tal acuerdo, agregó, "equivaldría a permitir el mantenimiento de un nivel irracionalmente alto de las importaciones de acero en el mercado norteamericano".
Por su parte, la Comisión Europea espera que los siderúrgicos europeos no se opongan al acuerdo tras haber notificado a los Gobiernos de los diez el texto del mismo. Los problemas de los siderúrgicos comunitarios se plantearán el próximo martes en Bruselas, donde se celebrará una reunión de Eurofer, la organización que los agrupa.
A los industriales europeos se les presenta por delante la tarea de repartir el sacrificio que representa la reducción de las exportaciones hacia los Estados Unidos. En la actual coyuntura económica les será absolutamente imposible dirigir la producción que se limite en Norteamérica hacia otros mercados, lo que implicará una reducción de la producción en el seno de la Comunidad Económica Europea, producción estrictamente contingentada desde el pasado mes de octubre de 1980. En la CEE se recuerda que los siderúrgicos alemanes, holandeses y luxemburgueses, que son los menos afectados por los derechos compensatorios impuestos para los aceros europeos, han sido reticentes desde el comienzo de las discusiones a reducir su parte del mercado al otro lado del Atlántico.
Comunicado conjunto
A primera hora de la tarde de ayer los negociadores europeos y norteamericanos hicieron público un comunicado conjunto que firman el secretario de Comercio estadounidense, Malcolm Balridge, y los vicepresidentes de la Comisión Europea, Wilhem Haferkamp y Etienne Davignon, en el que se subraya que el acuerdo "debería constituir una etapa más hacia el fin de los litigios y disputas constantes sobre el comercio del acero que han sido fuente de irritación entre los Estados Unidos y la CEE durante varios años".
"El acuerdo -continúa el comunicado- debería permitir a los industriales siderúrgicos de la Comunidad Europea y de los Estados Unidos alcanzar los objetivos comunes que buscan. Se trata de objetivos enunciados por la OCDE en 1977- de restablecimiento de la competitividad de las industrias siderúrgicas" en los países miembros de esta organización.
Eliminación de ayudas gubernamentales
"Con el fin de lograr estos objetivos -añade- la CECA (Comunidad Europea del Carbón y del Acero) está reestructurando su industria siderúrgica en el marco de una eliminación progresiva de las ayudas gubernamentales en aplicación de las subvenciones de Estado. Estas ayudas serán eliminadas el próximo 31 de diciembre de 1985. Por su parte, la industria norteamericana ha puesto en marcha un vasto programa de modernización".
El comunicado, que al final se felicita por el espíritu de comprensión y cooperación que presidió las conversaciones entre los negociadores, no oculta que la realización de los mencionados objetivos es "particularmente difícil a causa de la depresión que afecta a las industrias siderúrgicas de la Cornunidad Económica Europea y de los Estados Unidos".
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