Israel teme que su situación en Líbano deteriore sus relaciones con Washington
La ofensiva lanzada el miércoles por el Ejército israelí contra Beirut oeste no ha provocado prácticamente ninguna polémica en Israel, aunque nadie duda que las últimas operaciones son preludio de una invasión progresiva de la capital libanesa, contra la que ha advertido ya la oposición laborista. La atención de los israelíes está enteramente centrada en la reacción norteamericana, reiterada en el envío de un mensaje del presidente Ronald Reagan al primer ministro Menájem es el que le pedía expresamente que negociase y respetase un alto el fuego.
Los medios políticos de Jerusalén se preguntan si el Gobierno de Beguin no ha dado un paso demasiado largo, que podría, de alguna manera, molestar a los dirigentes norteamericanos y poner en tela de juicio la comprensión que Washington ha demostrado desde el inicio de la invasión de Líbano.Hasta el momento, no se ha producido ninguna reacción oficial al mensaje de Reagan, en el que, al parecer, no se incluía la posibilidad de sanciones contra Israel, pero la abstención de Estados Unidos en la votación del proyecto de resolución hispano-jordano ha provocado tal impacto en Jerusalén que ha reducido a un segundo plano la noticia de la muerte de dieciocho soldados israelíes -la cifra más alta desde el comienzo de la invasión- en las operaciones del miércoles.
La radio israelí, citando fuentes próximas al primer ministro, señaló ayer que "puede haber sonado la hora de la verdad en las relaciones entre Estados Unidos e Israel", informa la agencia, France Presse.
Algunos observadores creen que no hay, realmente, una crisis y que la irritación de la Casa Blanca está destinada, fundamentalmente, a dar un cambio de imagen ante la opinión pública internacional y a preservar su crédito de cara a los países árabes moderados.
Menájem Beguin dijo el miércoles ante una delegación de judíos norteamericanos, que no esperaba eventuales presiones norteamericanas y que si, en cualquier caso, éstas se producían, no cedería ante ellas. Acusando. al presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores del Senado, Charles Percy, de sugerir a Reagan que "ponga de rodillas" a Israel, Beguin dijo que "nadie conseguirá poner de rodillas a Israel, porque los judíos sólo se arrodillan ante Dios".
Ayer un oficial israelí de alta graduación se refirió a la labor del enviado especial norteamericano en Oriente Próximo, Philip Habib, y aseguró al NYT que "nosotros deseamos el éxito para Habib, pero nuestra diferencia con Estados Unidos es que ellos creen que Habib puede tener éxito por su propio esfuerzo y nosotros creemos que necesita un cierto apoyo".
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