Luis de Pablo estrena su concierto de homenaje a Mompou

El Segundo concierto para piano de Luis de Pablo será estrenado esta noche en la plaza Porticada de Santander dentro del programa del Festival Internacional. Lo interpretarán la Orquesta Sinfónica de RTVE y el pianista José Ribera, dirigidos por Miguel Angel Gómez Martínez. El hecho no es demasiado frecuente en el panorama musical español y adquiere mayor importancia al tratarse de un encargo del festival encomendado a un protagonista de la música actual. El concierto se titula Per a Mompou y es un homenaje al compositor catalán.

Luis de Pablo dice que a la hora de escribir sus conciertos para piano se le planteó un problema análogo al de Mauricio Ravel: abordar dos obras del mismo género, con el mismo piano solista, de manera prácticamente simultánea, lo que obligó tanto al compositor francés como al español a un máximo esfuerzo diferenciador, a una invención contrastada, por no decir contrapuesta.El Primer concierto, estrenado en Madrid con motivo de los cincuenta años de Luis de Pablo, supuso cierta sorpresa por cuanto, en línea con su personalidad inquieta y descubridora, buscó además un claro entronque con la tradición, al que, por otra parte, no renuncia el compositor incluso en su creación aparentemente más rupturista.

En el Concierto número 2, iniciado en 1979 y terminado dos años después, influyen dos factores de distinto signo: la inicial voluntad de homenaje a Frederic Mompou, nuestro grande, esencial y ensimismado compositor, y el encuentro en Estocolmo, durante un viaje para estudiar la música electrónica, con el pianista español residente en Suecia José Ribera. Ribera es intérprete habitual e impulsor de nuevas partituras, y desde, su propio estilo y su peculiar personalidad debió incitar a Luis de Pablo para escribir de una determinada manera, para llevarle a un cierto modo de "pensar la música".

Afirma Luis de Pablo que, tras algunos momentos de duda, llegó a la conclusión de que las ideas que movieran el Primer concierto no se agotaban en él y que resultaba posible y hasta aconsejable una realización casi opuesta del mismo pensamiento musical. Los tres tiempos tradicionales se funden en uno solo en el Primer concierto, mientras el Segundo se organiza en cinco movimientos que se oponen simétricamente; a la gran orquesta completa sucede una formación exclusivamente de cuerda con dos marimbas; la evolución expansiva del material temático se trastoca en un a forma específica que apenas varía, solución de carácter apriorístico que -en el fondo- constituye un homenaje a la estética y el pensamiento musical de Frederic Mompou aun cuando los resultados sean tan distintos en el decano de nuestra música y en Luis de Pablo.

Compromiso de Mompou

"La obra de Mompou", dice De Pablo, "siempre me ha conmovido, ofreciéndome sin cesar refugio pacífico, belleza y desnuda poesía". "Mi concierto Per a Mompou viene a ser una ofrenda o testimonio de agradecimiento a quien nos enseñara con su ejemplo cuál es el compromiso del creador si tiene el valor de ser exigente, auténtico, intransigente y discreto".

También De Pablo lo es en su nueva partitura, en la que simplicidad y complejidad se alían y se enfrentan dentro de un contexto en el que, como dice él mismo, parafraseando al clásico, "hay más melodías de las que cualquier filosofía haya podido soñar".