El psicoanálisis y los vascos

Acabarán por analizarnos bajo prismas esotéricos. Lo digo por el artículo del psiconanalista R. Cruz Roche publicado en EL PAIS el día 15 de julio sobre el llamado problema vasco. Nos aplicarán a psique y cerebro el método paranoico-crítico daliniano. Intentarán reajustarnos neguentrópicamente. Resucitarán la frenología para localizar en qué hemisferio cerebral radica la causa de nuestro mal, sin duda, congénito (y no sociopolítico, por supuesto). Seremos el cobaya humano de entomólogos torremarfileros.Después de la lectura de este señor (por cierto, cuántos intelectuales serios podrían cuestionar la presunta cientificidad de muchos aspectos de su especialidad: el psicoanálisis), nada nos extrañaría ser objeto de alguno de esos métodos arriba humorísticamente señalados.

En una carta al director, debido a su reducido espacio, es imposible entrar a refutar el cúmulo de despropósitos vomitado, por lo que me detendré en un solo aspecto, que yo vislumbro latente en su artículo: aparte de imaginar al pueblo vasco como un niño malcriado y motejarnos poco menos que de trogloditas teratológicos, "cargados de restos atávicos", sin contacto con la civilización, adivino en usted un profundo desprecio, no digamos ya desconocimiento, hacia nuestro pueblo (tan masoca él).

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Con seguridad, si los vascos damos la imagen de dominar los secretos de las artes manducatorias, chicarrones, orgullosos y bla, bla, bla; los catalanes son peseteros; los gallegos, huraños; los andaluces, vagos y juerguistas, los madrileños, chelis y castas; etcétera. Para qué seguir. Es decir, falsas etiquetas interesadamente difundidas, que ocultan problemas reales e identidades nacionales que a usted tanto parecen molestar. /