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Cebrián propugna un cambio basado en la reforma burocrática y la liberación femenina

Una revolución "tranquila", sin cambios en la Constitución, sin subvertir el orden social, sin modificar el modelo de sociedad, basada en la reforma de la Administración pública y en la democratización del Estado, en una real emancipación femenina y en una actitud de la sociedad alentadora y fomentadora del movimiento pacifista no sólo es posible en España, sino "inevitable si queremos mantener el sistema democrático". Así definió su "proyecto de revolución tranquila" el director de EL PAIS, Juan Luis Cebrián, durante una conferencia pronunciada el martes en la Universidad Internacional Menéndez y Pelayo, en el marco del seminario internacional que dirige el rector, Raúl Morodo.Se trata de un cambio que "puede y debe hacerse pronto y que puede y debe ser tranquilo", en opinión del conferenciante, y que posibilitaría, en un plazo de tiempo, no excesivamente largo, que la sociedad española fuera diferente. Cebrián precisó que esa posibilidad de cambio existe y afirmó que "España necesita una mudanza y cambios profundos en el sistema de gobernar".

La democratización del Estado, el afrontar con realismo el problema de la emancipación de la mujer y la creación de una conciencia social ante los peligros del armamentismo y la guerra son, para el director de EL PAIS, "aspectos dispares aparentemente, pero sin los cuales no se puede ilusionar a los españoles en un proyecto de convivencia política democrática".

La incompatibilidad de la función pública con toda actividad privada fue considerada por Cebrián como un elemento clave para que la reforma de la Administración pública sea posible. El director de EL PAIS añadió que UCD no puede hacer esa reforma, porque los que compatibilizan sus cargos se sientan "en los escaños de este partido y en los de alguno de la oposición".

Esta "corrupción" en las alturas se extiende, en opinión del conferenciante, a toda la Administración, que "es corrupta y no sólo ésta", añadió, "sino también la empresa pública".

Con la defensa de medidas de discriminación positiva para la mujer en la sociedad española, sin las que "no hay posibilidad alguna de una real emancipación", Cebrián venía coincidir con las reiteradas declaraciones, en el mismo sentido, que en fechas anteriores el movimiento feminista realizó en la UIMP. Un plan de guarderías y una reforma fiscal, así como otras medidas, lograría, en su opinión, que del 2% de mujeres que actualmente ocupan en España puestos directivos se pasase, en un plazo no superior a cinco años, a un 20%.

Finalmente, Cebrián propuso la recuperación del pensamiento pacifista de Bertrand Russel, ante la carrera armamentista y militarista que predomina en el mundo, y resaltó el aumento de los peligros de una guerra con la diseminación del poder nuclear.

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La actitud de la clase política española ante el movimiento pacifista, que consideró necesario promover y alentar, fue calificada por el conferenciante de clara muestra de la "indecencia y falta de ética que anima a la clase política española, que nos ha conducido a la OTAN".

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