La Alianza Atlántica desea "discutir" la instalación de armamento nuclear en España
La Alianza Atlántica desea discutir con las autoridades españolas a propósito de la instalación de armamento nuclear en nuestro suelo, según medios próximos a la OTAN. Los mismos medios aseguran, sin embargo, que, dado el requisito de unanimidad que exige cualquier decisión aliada, los otros quince miembros de la Organización para el Tratado del Atlántico Norte no pueden imponer ningún acuerdo al Gobiernoespañol.
Fuentes oficiosas plantearon el problema en los siguientes términos: la OTAN no reconoce, en principio, la desnuclearización de España y considera que entre los múltiples aspectos militares a discutir figura el del almacenamiento de cierto tipo de material nuclear. Otra cosa, explicaron, es que, llegado el momento de negociar este aspecto de la integración militar de España en la Alianza, el Gobierno español se niegue a ello, aduciendo que debe contar con el respaldo del Parlamento.En la práctica, pues, España puede continuar sin almacenar o instalar armas nucleares tanto tiempo como lo desee su Parlamento. En la teoría, la OTAN no acepta la existencia de zonas desnuclearizadas de forma institucional o definitiva, porque ello supondría alterar su actual doctrina sobre el uso y utilidad de este tipo de armamento. De hecho, todos los países aliados, tengan o no en su propio suelo armas atómicas, se comprometen a respaldar su uso en caso de crisis.
Las negociaciones -o "conversaciones", según la terminología aliada- para establecer las modalidades de la integración de España en la estructura militar de la OTAN comenzarán, probablemente, el póximo mes de septiembre.
Reuniones en Madrid
Por el momento, la Alianza recopila el máximo de información sobre el estado de las Fuerzas Armadas españolas, tarea iniciada esta semana en Madrid por una comisión que integran tres altos mandos militares y que está coordinada por el secretario general adjunto, David Nicols. Estas reuniones -sobre cuyo contenido se está guardando un hermetismo casi total- finalizarán hoy. Está previta la celebración de una reunión informativa.A partir de septiembre, siempre según fuentes oficiosas, españoles y aliados discutirán sobre la integración de España en uno de los tres mandos existentes: el Cinnham, que está descartado porque afecta únicamente al Reino Unido; el Saclant, mando en el Atlántico; o el Saceur, mando en Europa.
La petición formulada por el ministro de Defensa, Alberto Oliart, de que se creara un cuarto mando fue descartada en su día por la OTAN e inmediatamente después por el propio presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, quien afirmó en Bonn, el pasado mes de junio, que era la opinión personal de Alberto Oliart y no la del Gobierno en su conjunto.
Descartada esa posibilidad, queda sólo discutir si el territorio y aguas españoles pasan a estar divididos entre los dos mandos, lo que no desea Madrid, o si dependen únicamente del Saceur. En este caso, el más probable, Madrid solicitará que todo su territorio y aguas territoriales dependan de un único submando confiado a militares españoles e instalado en Cartagena o en las islas Baleares.
El principal problema lo constituirá la situación del archipiélago canario, que geográficamente está comprendido, en el Saclant y, más concretamente, en el submando Iberland, radicado en Lisboa y confiado a militares portugueses. La modificación del área del Iberland será seguramente uno de los puntos más complicados de la negociación, dadas las continuas advertencias del Gobierno portugués en el sentido de que no aceptará ningún cambio que perjudique sus intereses nacionales".
Un año de negociación
En cualquier caso, las negociaciones no deberían finalizar antes de un año, que es el plazo que exigió la integración de la República Federal de Alemania, país que no planteaba ningún tipo de problemas con sus vecinos. Una integración militar más rápida indicaría que las conversaciones con España se llevan a un ritmo desacostumbrado en la OTAN.Mientras dichas negociaciones se llevan a efecto, lo más probable es que el Gobierno español decida el próximo otoño el envío de dos navíos de guerra a cada una de las fuerzas, navales que mantiene la Alianza de forma permanente en el Atlántico y en el Mediterráneo. Más adelante habrá que designar las unidades de tierra y aire que quedarán adscritas a la Alianza, aunque sin abandonar el territorio nacional más que para efectuar maniobras conjuntas. Una de estas unidades podría ser una bandera de la Brigada Paracaidista.
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