Los militares portugueses acatan la extinción del Consejo de la Revolución

Ciento veinte oficiales del Ejército de tierra, de la marina y de la aviación, en servicio activo y pertenecientes a todas las unidades y establecimientos militares portugueses, se reunieron discretamente durante el pasado fin de semana, a unos doscientos kilómetros de Lisboa, para hacer el balance de la actividad del Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA), del que se consideran representantes y continuadores.

En el comunicado aprobado por unanimidad, los oficiales asistentes a la reunión -cuya celebración ha sido prácticamente silenciada por la Prensa portuguesa- aceptan la extinción, decidida por el Parlamento luso, del Consejo de la Revolución, "representante institucional del Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA)", y se felicitan por el término del "período de transición" hacia la democracia, considerando plenamente alcanzado el objetivo que se propusieron con el golpe militar del 25 de abril de 1974.Al mismo tiempo reafirman que "el MFA sigue existiendo en espíritu y como manera de ser de las fuerzas armadas", y que "los militares de abril seguirán luchando por sus ideales (fe en la libertad, en la democracia y en la capacidad del pueblo para decidir su propio destino)"; paralelamente condenan "el fascismo, el autoritarismo y toda posibilidad de utilizar de nuevo a las fuerzas armadas como instrumento de opresión contra el pueblo portugués".

Esta toma de postura de un sector importante de la oficialidad portuguesa tiene un doble objetivo: por un lado, desmentir la campaña recientemente desarrollada por los partidos de Alianza Democrática y por el Partido Socialista para acreditar la tesis de un golpismo de izquierda en las fuerzas armadas portuguesas, encabezado por el Consejo de la Revolución. Por otro lado, responder a las afirmaciones que se prodigan últimamente, sobre todo por parte de dirigentes democristianos y socialistas, según las cuales "el MFA ha dejado de existir hace tiempo" y los consejeros de la revolución no representan hoy nada en las fuerzas armadas portuguesas.

El comunicado es particularmente claro sobre esta cuestión, apoyando las posiciones adoptadas por el Consejo de la Revolución en protesta por el acuerdo extraparlamentario establecido entre Alianza Democrática y el Partido Socialista para entregar al presidente de la República, general Ramalho Eanes, y al Parlamento los poderes que pertenecían al Consejo.

Este apoyo se extiende incluso a las posiciones que los consejeros pudieran asumir en un futuro próximo, en el caso de que el Parlamento ratifique el proceso de transición propuesto por el Partido Democristiano y aprobado por el Partido Socialista.