Rodero representa el 'Calígula' de Camus en el teatro romano de Mérida
José María Rodero representa, en el teatro romano de Mérida, después de 20 años, el Calígula de Albert Camus en versión de J. Escue Porta y bajo la dirección de Luis Balaguer. Esta reposición -del 24 de julio pasado al 2 de agosto- significa, según el actor, dar la oportunidad a las nuevas generaciones de conocer uno de los títulos fundamentales del teatro del siglo XX. Por la experiencia conseguida en las representaciones de Mérida, como otras realizadas en teatros convencionales, Rodero alcanza cotas de interpretación difícilmente superables.
En su primer día de actuación en los festivales de Teatro Clásico en Mérida, José María Rodero obtuvo un éxito apoteósico. Las 2.000 personas que asistieron al estreno, entre ellas el ministro de Defensa, Alberto Oliart, aplaudieron larga y vigorosamente la labor de este extraordinario actor que, emocionado, casi rompe a llorar. Los aplausos prolongados de los espectadores puestos en pie obligaron al actor a dirigir unas palabras de agradecimiento y a inclinarse sobre la tierra y besarla, gesto que hizo arreciar los aplausos.
Utilización de micrófonos
Era difícil que se produjeran los fallos tan típicos en un día de estreno. Calígula venía a Mérida después de un largo período de ensayos lo que pudo apreciarse por la soltura con que los autores se movieron por aquel escenario decorado de manera muy simple. Lo que algunos no perdonaron fue la utilización de micrófonos que crearon problemas y provocaron muchos silbidos y fueras al final del primer acto. La acústica del teatro romano es envidiable y la mayoría de las representaciones se realizan aquí a viva voz, sin intervención de elementos técnicos amplificadores. Ello supone, sin embargo, un doble esfuerzo para los actores, que temen quedarse sin voz al tercer día. Pero visto está que en un recinto donde no estaba previsto la utilización de altavoces, su utilización da lugar a deficiencias acústicas, molestísimas a veces al hacer ininteligibles algunas palabras por los ecos que se originan.Salvo esta incidencia de índole menor el espectáculo fue de auténtica calidad, volviendo José María Rodero a demostrar unas cualidades interpretativas excepcionales, que eclipsan con cualquier gesto las dotes de los que le acompañan, grandes actores también, como José Vivó y Charo Soriano.
El dramatismo que Rodero logra imprimir al personaje es quizá tan importante o más que el que quiso darle Camus al escribirlo. Pero Rodero, más atrevido y más sincero, confiesa que trata dentro del pensamiento del autor, al que le preocupa la justicia, la caridad y la grandeza humanas, transmitir esas emociones y recrearlas, satisfaciendo al espectador. Y lo consigue.
La representación de Calígula sucede a la que, en el mismo escenario, hizo José Luis Gómez de El mito de Edipo rey, quedando completado el festival con la actuación del Teatro Universitario de Madrid, que los días 6 y 7 de agosto presentará el montaje de La asamblea de mujeres, de Aristófanes en versión de Francisco Rodríguez Adrados y la dirección de Manuel Canseco.
Babelia
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