El conflicto del Sahara divide a los países de la OUA
Dividida por el conflicto del Sahara y bajo la amenaza de un boicoteo de varios países miembros, Trípoli se dispone a recibir a la decimonovena cumbre de la Organización de la Unidad Africana (OUA).
La admisión, en el Consejo de Ministros del pasado mes de febrero, de la República Arabe Saharaui Democrática (RASD), que hace el número 51 de los países miembros de la organización panafricana, ha sido el detonador de una crisis que se incubaba desde hace varios años entre partidarios de las tesis de Marruecos, por una parte, y del Frente Polisario, de otra, que está sostenido por Argelia y Libia.
La admisión de la República Arabe Saharaui provocó la retirada de diecinueve países ante la decisión adoptada por el secretario general, Edem Kodjo, al considerarla "nula y sin valor". Este, por su parte, afirmó haber actuado de acuerdo con la carta de la OUA, que prevé que la admisión de un Estado miembro se produce cuando la mayoría simple de la organización, veintiséis países, se pronuncia favorablemente.
Desde el pasado mes de febrero y en previsión de la cumbre, que se celebrará del 5 al 8 de agosto y que será precedida de una conferencia ministerial preparatoria que comienza el próximo lunes, los cinco países que asumen este año la presidencia -Marruecos, Argelia, Libia, Egipto y Kenia- han intentado evitar un ruptura de la OUA y han mutiplicada sus contactos.
Parece poco probable que las ausencias alcancen la cifra de diecisiete. Hasta el presente, Camerún, Gabón, Gambia, Guinea, Liberia, Senegal, Egipto y Zaire, además de Marruecos, han hecho saber que no asistirán a la conferencia si la RASD está presente.
Los veintiseis países que votaron en favor de la aceptación de la RASD fueron Argelia, Angola, Benin, Botswana, Burundi, Cabo Verde, Congo, Etiopía, Ghana, Guinea Bissau, Lesoto, Libia, Madagascar, Malí, Mozambique, Uganda, Ruanda, Sao Tomé y Príncipe, Seychelles, Sierra Leona, Suazilandia, Tanzania, Tchad, Togo, Zambia y Zimbabue.
