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Israel tiene entre los cristianos y los chiitas sus aliados en Líbano

El Ejército israelí aprovecha su ocupación de Líbano para potenciar a las fuerzas de las comunidades cristiana y chiíta cuya alianza de facto asegurará a Israel, cuando se retire, una frontera norte militarmente segura, opinan los observadores.Por ahora, la tarea prioritaria del Ejército israelí consiste en limpiar la región meridional de Líbano de combatientes palestinos escondidos, cuya resistencia ha sido inicialmente subestimada y que el Tsahal, las fuerzas armadas de Israel, tardará aún un par de semanas en erradicar, según han confiado oficiales hebreos a los corresponsales en el sur de la Prensa internacional.

El Tsahal ha delegado, sin embargo, desde un principio el mantenimiento rutinario del orden en el sur de Líbano en el Ejército de Líbano Libre, milicia capitaneada por el comandante cristiano proisraelí Saad Haddad, pero esencialmente integrada por libaneses de confesión musulmana chiíta.

El autoproclamado Estado de Líbano Libre, franja de territorio libanés de diez kilómetros de profundidad a lo largo de la frontera con Israel, controlada por Saad Haddad desde 1978, ha extendido sus límites al amparo de la ocupación israelí hasta Sidón, cincuenta kilómetros más al norte, según declaró el comandante expulsado hace cuatro años del Ejército regular de Líbano. Para hacerse cargo del mantenimiento del orden en este territorio de 3.000 kilómetros cuadrados densamente poblados, Saad Haddad ha reclutado algunos milicianos entre la población chiíta del sur del país.

Pero para la realización de la tarea que le ha sido encomendada por el Ejército israelí, Saad Haddad cuenta, sobre todo, con la colaboración de los milicianos de Amal, organización que reagrupa a todas las tendencias del chiísmo libanés y que a pesar de haber opuesto una resistencia armada a la invasión israelí no ha sido desarmada por el Tsahal.

Su líder, Nabih Berri, afirma en las entrevistas que concede que los chiítas serán "los peores enemigos de los israelíes si éstos permanecen en Líbano", pero los viajeros procedentes del Sur señalan que los milicianos de Amal efectúan ahora controles y forman patrullas de vigilancia conjuntas con los hombres de Saad Haddad.Delatores chiítas

Rumores sin confirmar aseguran que en más de un caso los delatores con el rostro cubierto por un pasamontañas que denunciaron a los israelíes a los combatientes palestinos escondidos entre la población civil, eran miembros de Amal, organización que se enfrentó con los fedayin en varias ocasiones antes de la invasión.

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Mientras se instaura en Líbano meridional un poder chiíta potenciado por el ocupante, las fuerzas libanesas, la milicia falangista cristiana aliada de Israel y encabezada por Bechir Gemayel, amplían también las fronteras de su reducto hacia el Sur, según la radio israelí y los testimonios de viajeros procedentes de la zona.

La radio estatal de Israel vaticinó el sábado que la milicia falangista, formación política que reagrupa a los cristianos de Líbano, alcanzaría en breve Sidón, localidad situada a 43 kilómetros al sur de sus posiciones iniciales, entrando así en contacto con las fuerzas predominantemente chiítas de Saad Haddad.

Aunque no se ha realizado en Líbano ningún censo de la importancia demográfica de las diferentes confesiones desde 1943, fuentes allegadas al Instituto de Ciencias Sociales de la Universidad libanesa estiman que los cristianos representan el 35% de la población y los chiítas el 30%.

La progresión hacia el Sur de la milicia falangista no incluirá, sin embargo, la región drusa del Chuf en Líbano central, donde sus in tentos de penetración provocaron a finales del mes pasado choques armados con militantes de un partido integrado en el movimiento nacional que federa a toda la izquierda libanesa.

El Chuf, zona drusa mayoritariamente de izquierdas pero que no opuso ninguna resistencia a la invasión israelí, pidió al Gobierno de Tel Aviv, a través de los líderes religiosos drusos, protección militar contra las fuerzas cristianas, y el Ejército israelí ordenó a principios de mes a la milicia falangista que se retirase.

La elección de Bechir Gemayel en septiembre próximo, fecha de los comicios presidenciales, a la jefatura del Estado libanés, culminaría para Israel la operación de instauración en Líbano de un régimen fuerte, basado en un amplio consenso interconfesional, capaz de impedir el resurgimiento de una fuerza militar palestina.

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