El ISME proyecta una escuela superior de pedagogía musical

Ayer se clausuró en la Escuela Superior de Canto de Madrid el primer Encuentro Iberoamericano de Educación Musical, organizado por la comisión española de la Sociedad Internacional de Educación Musical (ISME). La reunión se inició el pasado miércoles, con la participación de expertos en música de veintidós países, que apoyaron la creación de una Escuela Iberoamericana Superior de Pedagogía Musical.

Las conclusiones de este encuentro serán expuestas en el congreso mundial de la ISME, que se celebrará en Bristol (Inglaterra) del 21 al 28 de julio. En la misma sede del encuentro transcurrieron dos seminarios paralelos. Uno, sobre el impacto de los medios de comunicación en la educación musical y la formación del profesorado, planeado por la comisión de la ISME Música en la Escuela. Otro, sobre la educación musical en la cultura latinoamericana.Además de las sesiones teóricas, el encuentro contó con la actuación de los concertistas Antonio Baciero, Narciso Yepes y Miguel Angel Jiménez, el grupo de danza El Candil, los Madrigalistas de Madrid y los tres ganadores del primer concurso juvenil de piano Infanta Cristina.

Rosa Kucharski, presidenta de la comisión española de la ISME, presentó el proyecto de dicha asociación de crear la Escuela Superior de Pedagogía Musical: un centro que, a través de cursos permanentes y progresivos, faculte a los pedagogos de España y América del sur para desarrollar los sistemas actuales de la enseñanza musical europea.

"Esta escuela debe nacer con el propósito de dar una formación total al músico de hoy, y además, una visión global de lo que significa pertenecer a la cultura iberoamericana" dijo Kucharski. Para el musicólogo Rodolfo Zubrisky, presidente de la ISME, este centro puede servir para que "los países de habla hispana recuperen su protagonismo musical".

Los participantes en el encuentro conocieron otra iniciativa de enseñanza musical, la Escuela Enrique Granados.

Manuel Angulo, catedrático de pedagogía musical del Conservatorío de Madrid planteó la conveniencia de que "aquellos que se dirijan al campo de la docencia sean buenos músicos, formados en los centros superiores de enseñanza".

En el mismo sentido intervino Mariano Pérez, del Conservatorio de Sevilla, que se mostró partidario de la integración de los conservatorios en la universidad y dijo que los profesores de música en la mayoría de los institutos españoles de bachillerato no suelen ser profesionales de esta especialidad.